Me voy. Y no metafóricamente, neta me voy. ¿Por qué me voy? Por
capricho, porque me rindo ante Guadalajara o porque algo me jala. Atractores y
detractores en vez de los tan comunes pros y contras.
Me voy porque quiero aprender, me voy porque se me metió la idea
en la cabeza y cuando eso pasa…. ¡Valió madre! Me voy porque puedo, porque
quiero y porque si yo digo va, va. Me voy porque sé que es lo que tengo que
hacer. Me voy porque soy una planta que ya no cabe en la misma maceta; y yo no
quiero adecuarme al recipiente, yo voy hacia arriba. Me voy porque sé que me
irá excelente, sé que me toparé con muchos baches y no me importa, BRING IT ON!
Me voy por mí, porque me descubrí completa. Porque hoy soy un todo, porque hoy
no me falta nada. Me voy porque sé que voy a lograr un montón de cosas, que en
cualquier lado podría pero YO QUIERO experimentar. Eso, me voy a experimentar,
a aprender otra cultura, a criticar otra sociedad, otros dichos, acentos,
costumbres, lenguajes corporales y actitudes. Me voy a conocer y a descubrir
qué es lo que este todo puede aportar y viceversa. Me voy a seguirme
construyendo. Tengo muy en claro que yo quiero ser escuchada, que quiero ser
una voz, una mente que brille y no sólo eso, que ilumine. Me voy para añadirle
más adjetivos a Ana Luisa, me voy para seguirme demostrando que puedo. Me voy
porque me descubrí egoísta. Me voy por mi. Para explotar talentos, ideas,
limitantes, ¡todo! Me voy porque si no es ahora, ¿cuándo? Me voy porque nada me
ancla a ningún lado, porque soy completamente libre, autónoma y mía. Mi
esencia, mis sueños, ideales y metas son eso, míos y a pesar de compartirlos,
no los regalo ni le otorgo decisión a nadie sobre ellos. Me voy porque hoy me
embarga esta maravillosa determinación. Así. De ter mi na ción. Me voy porque
decido hacerlo. Y duele.
Duele porque sé que esto se acaba, porque sé que quien hoy soy se
termina, se desvanece y aunque intente mañana mismo armar las piezas, ya no
encajan. Y duele. Duele porque tardé
cinco años en decidir por mí, duele porque sé que lo tengo que hacer y quiero,
sin embargo alcanzo a comprender la magnitud. Todo lo que hoy conozco cambia, y
no cambia por agentes o hechos externos; cambia porque quiero que cambie. Duele
por esas dos personas que dejo. Duele porque no me gusta extrañar, duele porque
es real. Duele porque sé de lo que me pierdo, y porque quiero. Duele porque
faltarán en el día a día. Duele porque quiero mil millones de jueves de chelas
y palabras que trascienden. Duele porque no sé qué voy a hacer en mi primera crisis
sin Marce, duele porque sé que voy a poder, pero yo quiero que siempre esté ahí.
Duele porque soy yo quien decide; duele porque estoy a tiempo de decir que no
pero mi silencio dice sí. Duele porque en Guadalajara me encontré, duele porque
en Guadalajara aprendí que valgo por mis ideas; no por la talla de mis
pantalones, el número en una hoja de papel o el modo en que me comporto en una cena elegante. Duele porque me
maravilla salir a caminar sola, duele porque una parte de mí es de ahí y siento
que me llevo muchas cosas que de no haberme subido a ese avión un 13 de agosto
de 2009 no habría siquiera sabido desear.
Y me voy. Me vale diez kilos de madre y me voy. ¿Atractores?
Demasiados. Sonrisas perfectas, abrazos eternos, museos maravillosos, historia,
trabajo, experiencias, cultura y cafés. ¡Es la pinche capital! Emoción genuina,
nervio y hasta náuseas. Inmensas ganas de vivir, de vivir la ciudad, las
personas de ciudad y sobre todo, de vivirme a mí. Lo dije y lo digo de nuevo,
me voy porque soy egoísta. Egoísta pero honesta. Sí, hay una persona, mi
persona. Ganas de vivir tanto pues sé que será maravilloso, ya lo es. Tantas sensaciones
en tantos planos y todos convergen en la fascinación. Atracción irresistible. Sí,
un atractor, el mayor de tantos. Pero, (y esto va para mí) Ana Luisa no te
olvides que haces esto por ti. Porque quieres, porque se te da la gana y porque
detrás de tantas lágrimas pesadas, pesadísimas, sabes que es lo correcto. Certezas
sin sentido pero que no dejan ni un milímetro de espacio para una partícula de
duda.
Y suena Tornasol.
Miércoles 25 de junio de 2014