A lo
largo de la historia de la humanidad se han presentado diferentes invenciones
tecnológicas que han modificado el ritmo y desarrollo de la interacción social.
La manera en la que nos comportamos unos con otros varía dependiendo de muchos
factores como lo son el entorno, la relación que tenemos con los demás, nuestro
rol en la sociedad, etc. A finales del siglo XX surgió el elemento que daría un
giro radical a nuestra manera de conectarnos. Si bien es cierto que ya teníamos
el teléfono como método unificador, la Internet vino a revolucionar la
comunicación entre seres humanos alrededor del mundo y la manera en cómo nos
percibimos y expresamos como individuos que forman parte de una colectividad.
El
aislamiento social actual
Si
existe una característica que define el modo en que nos relacionamos en
sociedad hoy en día es el individualismo. Poco a poco se han ido diluyendo las
nociones de comunidad, trabajo en equipo, bien común y altruismo. Lo único que
importa es el bienestar personal y de los que se encuentran en nuestra cercanía
inmediata. Las acciones de cada persona están orientadas hacia su desarrollo
personal. Conseguir un buen trabajo para ganar más para poder ir a ese nuevo
destino turístico tan exclusivo las próximas vacaciones; gastar toda la
quincena en una nueva consola de videojuegos para el estudio, ahí transcurrirán
los siguientes domingos del mes; meter a los hijos al mejor colegio, deben
conseguir las notas más altas para ser admitidos en la universidad más costosa
de la cual saldrán con un título que les dote de prestigio en el mundo laboral,
así llegarán a ser líderes privilegiados de esta decadente sociedad. ¿Qué pasó
con construir un mundo mejor, luchar por objetivos comunes que favorezcan a
todos? ¿Dónde quedaron las buenas intenciones y la colectividad social? Quizá lo
ponga un tweet, así expreso cómo me
siento ante esto a mis contactos.
Los
integrantes de estas nuevas sociedades individualistas carecen de identidad
social y cultural; no se sienten parte de un todo, sino que pertenecen
únicamente a esa burbuja que coexiste con cientos de otras burbujas pero que
verdaderamente no comparten nada. La humanidad se ha ido despojando del arraigo
cultural que aún permanece en sociedades menos desarrolladas. Las innovaciones
tecnológicas lejos de unificar a los miembros de estas grandes masas de gente
los aparta unos de otro, creando círculos difíciles de acceder y mucho menos de
entender. Nokia, una de las empresas líderes en tecnología celular tiene como
slogan la frase “Connecting people”.
Yo lo veo como todo lo contrario; las tecnologías de la información nos acercan
únicamente de manera superficial, es cierto que cada vez es más fácil
establecer contacto con quienes están
lejos; pero estos mecanismos nos han ido separando como seres humanos al
restarle importancia a la interacción personal. Ahora toda comunicación se
lleva a cabo de manera virtual, pero de eso hablaré más adelante. Es importante
dejar en claro que el fenómeno del individualismo no es una consecuencia del
boom de la tecnología sino que ésta es un elemento que refuerza la primera
premisa. Las nuevas tecnologías tienden a fomentar prácticas individualistas y
de aislamiento social.
Empaquen
sus cosas que migramos al mundo virtual
Desde
hace casi dos décadas, nos hemos ido adentrando en la virtualidad, ese universo
desconocido que parece prometer tantas maravillas. Primero de manera cautelosa,
poco a poquito y sin perder de vista el mundo real y tradicional y luego a
pasos agigantados, sin si quiera mirar el espejo retrovisor; cuántas cosas
maravillosas se pueden hacer en la red. Tantas posibilidades, todo luce tan
brillante, llamativo, perfecto y prometedor. Y es así como nos aventamos un
clavado al monitor de la computadora sin saber que no hay manera de salir.
Una
vez dentro de este nuevo mundo lo primero que hay que hacer es definir nuestra
biografía. ¿Quién soy? No. Muy honesto, muy parecido a la realidad; se trata de
una oportunidad de crear un personaje, ¿Quién quiero ser? Sí, mucho mejor. Lo
que sucede con la Internet es que nos permite manipular nuestra realidad de
manera que cada quien hace una selección de esos aspectos de su vida que quiere
compartir. Lo que diferencia este mundo del de afuera es que la realidad se
puede alterar, la virtualidad permite una constante modificación de nosotros
mismos.
El
segundo paso es definir cómo quisiéramos conectarnos con los demás, la manera
de establecer conexiones con otros habitantes de la virtualidad es distinta que
en la vida real. Aquí puedo ser una
persona extrovertida, alburera y popular mientras que allá afuera solamente
hablo con mis cuadernos y una que otra persona que piense igual que yo. Dentro
del monitor puedo expresarme de mil maneras, no hay barreras ni límites; nada
me da pena pues verdaderamente no soy yo, sino la versión de mi misma que desee
crear.
Algo
muy interesante que sucede con las conexiones online en la red es que permiten interacciones virtuales que no
serían posibles en el plano real. Cuántos casos no conocemos de personas que el
destino decidió apartar pero que gracias a las conexiones en Internet pueden
reunirse nuevamente, aunque sea sólo mediante el intercambio de emails o chats.
Estos casos serían prácticamente imposibles si no contáramos con la ayuda de la
tecnología; ésta fomenta una recuperación del pasado. Relaciones que se retoman
a partir de unos cuantos emails, primos lejanos que se encuentran en Facebook o
parejas que mantienen una relación en Skype del otro lado del mundo. Hoy todo
esto nos parece de lo más normal; todos conocemos matrimonios resultados de
sitios como Match.com. Las limitantes del tiempo y el espacio hoy nos dan risa,
hemos eliminado estas nociones de nuestra manera de conectarnos, ya sólo existe
la virtualidad; ese extraño sitio que no tiene tiempo ni lugar. Las
posibilidades son infinitas.
Implicaciones
de las conexiones tecnológicas en la sociedad
Todo
esto ha generado cambios en las tendencias de socialización de manera que la
forma en que un adolescente invita a salir a una chica es totalmente distinta que
hace 15 ó 20 años. La solicitud de amistad en Facebook es el equivalente a la
nota doblada en clase de matemáticas. Las prácticas sociales se han modificado
debido a la presencia de las tecnologías de la comunicación en nuestras vidas.
Ya muy pocos tienen que esperar al repartidor del correo para recibir noticias
de la hija que está de intercambio académico en otra ciudad. Desde el iPhone se
realizan llamadas por Skype a cualquier sitio del mundo. De hecho todos estos
dispositivos inteligentes fungen como
asistentes personales, más que un teléfono para realizar llamadas se trata de
una pequeña computadora desde la cual accedemos a Twitter, Facebook nuestros
correos, periódicos y hasta el portal del banco, enviamos imágenes, videos,
añadimos citas al calendario y lo sincronizamos con nuestros colaboradores.
Nuestras
maneras de relacionarnos como integrantes de la sociedad global han sido
modificadas de raíz. Pero esto no es posible para todos, se requiere de una
serie de habilidades para el manejo de los dispositivos y las tecnologías para
poder tener un aprovechamiento completo de ellas. Aunque las nuevas
generaciones ya cuentan con estas habilidades casi de manera innata, resulta
muy difícil para los adultos ajenos a la virtualidad adaptar estas nuevas modalidades
a su manera de interactuar, de conectarse. Cada vez se le da más valor al
manejo de un computador y los distintos tipos de software que a una educación
completa y tradicionalista carente de conocimientos computacionales.
Una
de las consecuencias de esto es el intercambio de roles que se presenta en las
familias. Los padres acuden a sus hijos adolescentes para que les ayuden a
programar el reproductor de DVD, o el tono del celular, o la hora en el
microondas. Se lleva a cabo una subordinación de la autoridad por parte de los
adultos a quienes se les considera como nativos digitales. Y no es que las
prácticas entre padre e hijo hayan cambiado (aunque quizá sí) sino que la
noción de que el padre es quien tiene todo el conocimiento se ha desvanecido.
Ante toda la información puesta en Internet al alcance de todos, la sabiduría
del abuelo o lo que tiene que decir el profesor de historia pasa a segundo
plano. La creación del mundo virtual ha generado niños que ya no requieren de esa
incómoda plática con los papás en la pubertad, Google pone todo al alcance de
sus manos.
Las
conexiones sociales cambian constantemente en el desarrollo y evolución de la
sociedad, es algo completamente normal, pero como al calentamiento global; los
seres humanos y nuestro afán por dominar las tecnologías, por ir más allá hemos
acelerado este proceso. La manera en la que nos comunicamos con quienes están
lejos y hasta con quienes se encuentran sentados a nuestro lado con los
audífonos puestos ha sido determinada por el avance y la penetración de la
tecnología en nuestras vidas.
La
Internet propone nuevos espacios y tendencias de socialización para los
distintos grupos generacionales, cada persona le da un uso diferente al mundo
virtual y a los dispositivos que nos acercan a él. Las posibilidades son
infinitas, y esto es sólo el comienzo de lo que llegará a significar esta
inmersión a lo virtual en el desarrollo social del hombre. Habrá que retomar
esta temática en 5 años y analizar dónde nos encontramos y hacia donde nos
llevan las corrientes de la web.
No hay comentarios:
Publicar un comentario