martes, 28 de febrero de 2012

Medios tapatíos, el control de unos pocos disfrazado de diversidad



Un análisis de los medios de comunicación en la ciudad de Guadalajara

Vivimos en una sociedad que se caracteriza por su diversidad. Dentro de la ciudad, convivimos personas de distintos grupos étnicos, creencias, ideologías, edades, posturas políticas y hasta orientaciones sexuales. Todas estas diferencias crean personajes únicos que se interrelacionan. Nuestro modo de vida se encuentra basado en las relaciones que establecemos con otros, los vínculos que creamos y la manera en la que conseguimos trabajar en conjunto para alcanzar objetivos específicos.
Bueno, con los medios de comunicación debería ser un sistema similar y sin embargo, en esta sociedad no es así. El control de los medios de comunicación en Guadalajara lo tienen sólo unos pocos. No se presenta una diversidad mediática de la cual los usuarios podamos disfrutar. Lo que sí es que los grandes corporativos hacen un intento por disfrazar esta situación. Esto lo logran al tener varias cadenas, las cuales difieren un poco entre sí. Pero lo que verdaderamente hacen es transmitir la misma información de distintas maneras, y lo hacen para llegar a públicos diferentes. El resultado es que parece que hay una amplia variedad de opciones para consumir medios. Cuando la realidad es que unas cuantas empresas los manejan y controlan la industria.
Resulta inevitable mencionar al duopolio mediático que se presenta con Televisa y Televisión Azteca. Estas dos empresas tienen lo que se llama poder fáctico en nuestro país. No se trata únicamente de poseer una cadena televisiva, o dos, o tres. No sería tan grave si así fuera, la problemática está en que han cruzado la línea que divide a la televisión de otros medios. Estos grandes corporativos cuentan ya con empresas de televisión por cable, de telefonía celular, Internet, Editoriales y hasta estaciones de radio. Y además, son industrias con un alto nivel de influencia sobre la población. ¿Qué pasó con la diversidad? ¿Y la competencia? No vamos a decir que no la haya, es sólo que se trata de una “competencia” en la que no se compite, si acaso las otras empresas pudieran figurar en el conteo de los medios verdaderamente no cuentan con el poder de influencia y de alcance que tienen estos dos corporativos sobre la sociedad mexicana y la tapatía.
El sistema mediático de Guadalajara tiene una clara tendencia hacia la concentración mediática. Un ejemplo pueden ser las cadenas de radio. Los radioescuchas tapatíos tienen una amplia gama para elegir qué desean oír en sus traslados por la ciudad, o mientras están en casa o en cualquier momento. Estaciones de radio hay muchas tanto en la frecuencia de AM como de FM. Los contenidos de estas varían mucho y las hay para todos los gustos. Pero, ¿Alguien alguna vez se ha fijado que muchas de éstas pertenecen a la misma radiodifusora? Podría parecer incongruente que las estaciones Planeta 94.7 y La Z 107.5 sean parte de una misma empresa, pero así es. Y no sólo sucede con las estaciones de radio.
En los periódicos sucede algo muy similar. El Mural es un diario muy respetable en Guadalajara, tiene tendencias de derecha y altamente conservadoras; es considerado el periódico más consumido por las clases media y media alta tapatías. Sin embargo tiene un suplemento que podría fácilmente ser su antítesis; El Metro, un pequeño periódico que va dirigido a un sector completamente distinto de la población. Sus contenidos son mucho más gráficos y tendenciosos, opta por redacciones simplistas y orientadas al morbo.
Lo que se trata decir es que el sistema mediático de Guadalajara requiere de la participación de nuevas industrias ajenas a los grandes corporativos para dar un balance a la difusión de información, para dotar al espectador de distintas posturas y enfoques. Porque sí, claro que hay medios de derecha, de izquierda y centrales; medios oficiales y bien reconocidos, así como los que carecen de credibilidad pero tienen un alto nivel de influencia en algunos sectores poblacionales. Pero al final de cuentas, quiénes se encargan de manejar a estas industrias son unos pocos. Y ese no es un problema de la ciudad de Guadalajara, es una situación que se ha ido viviendo en nuestro país desde el mismo inicio de las tecnologías mediáticas.
Es necesario que la industria de los medios de comunicación atienda a esta problemática ya que la población actual es cada vez más exigente con los contenidos que recibe y que espera recibir. No somos la misma sociedad que éramos al tiempo que se fundaron las grandes televisoras, radiodifusoras y editoriales; hemos evolucionado. Y si la audiencia cambia, evoluciona y se dota de herramientas de análisis de información, lo mínimo que pueden hacer estas empresas es actualizarse, innovarse continuamente y crear espacios para la inclusión de nuevas competencias que nivelen de alguna manera el control mediático que se vive hoy en día.
Imaginemos un sistema mediático rico y variado, con empresas fundadas por académicos, comunidades indígenas y empresarios. En el cual haya cabida para cualquier tipo de información y contenidos. La audiencia tendría de dónde escoger, sabiendo que son entidades verdaderamente distintas y no únicamente una versión del periódico de prestigio para leer en el tren ligero. Guadalajara requiere de una renovación mediática, antes de que los espectadores pierdan todo el interés en sus medios.