Se me encienden las ideas. Palpitan dentro de mí tantas posibilidades que de pronto se acercan tanto que abruman y decido cerrar los ojos, no ver, sentir. Humanos como tú aquí no hay. Y no, no hay. No creí llegar a toparme con alguien que además de maravillarme en verdad me hiciera pensar, que llegara como esa estrella fugaz que vi el día del eclipse de luna, completamente inesperado y para cambiarlo todo. Hoy ya nada podría ser igual, hoy ya sé que existe una luz que potencia esta luz. Se me encienden las ideas y se vuelven locas, quieren salir a pasear, quieren verse confrontadas, se engalanan y me piden que las deje salir, no para mezclarse sino para contrastar. Se me encienden las ideas y me derrito en un abrazo en que al reloj se le acaba la batería y el segundero avanza pero el tiempo no, permanece estoico.
Fascinación absoluta y ver las cosas con otro filtro, uno que te enseña más colores, formas y sabores; uno que te muestra todo lo que nunca pudiste ver porque tu mirada no brillaba del modo en que hoy irradia sonrisas a través de ojos negros que quieren gritarlo todo. Se me encienden las ideas y me muero de ganas por todo lo que no entiendo, lo que no sé asimilar, lo que no controlo ni conozco. Se me encienden las ideas porque sé que enciendo las tuyas. El miedo que siempre tuve de llegar a este punto hoy no existe, lo reemplazaron las ganas de volar.
Filtro de lo que hay allá afuera. Mente que procesa materia prima y la convierte en un nosequé supuestamente agente de cambio
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miércoles, 18 de junio de 2014
lunes, 3 de marzo de 2014
Sombra
Como la luz que se cuela debajo de la puerta e indica la existencia de algo más
allá de la oscuridad, que aunque cómoda, limitante.
¿Cuántas veces nos hemos encontrado en una situación desfavorable
ante la resistencia a salir de ella? Saber que se está mal, no en cuanto a
parámetros externos sino en cuanto a los propios, y de alguna manera disfrutar
de la deliciosa miseria que te acobija y encierra en un universo diminuto de
posibilidades que se ven limitadas por tu propio deseo de permanecer ahí.
Genuinamente disfrutar de lo que comprendes que te hace daño,
querer el daño, amar el daño, buscar el daño a costa de que se extinga la luz
que dota de perspectiva a esa, la realidad que no estás dispuesto a
alterar. Conformidad que otorga segundos
de dicha a cambio de una eternidad en la nada, ni en el bien ni en el mal sino
en un estado de perpetua pasividad.
Agosto 21, 2013.
domingo, 1 de diciembre de 2013
Las pequeñas cosas que me hacen inmediata y genuinamente feliz
- Que el mes comience con un lunes 1º
- El agua de limón
- Leche fría cuando llegaba del colegio a >35º
- Caminar descalza
- Caminar descalza en pasto húmedo
- Programas de make-overs en la tele
- Espiar la última página de un libro nuevo
- Ir a la playa sola y flotar “de muertito”
- Asolearme
- Alcatraces, girasoles y astromelias
- Productos para el pelo, cuerpo y cara que huelen rico y tienen envases coloridos
- Chocomilk de licuadora
- Kranky’s
- Gatorade de naranja
- Minifaldas
- Imagine –John Lennon
- Óleo y aguarrás
- Reconocer San José del Cabo desde la ventana del avión
- Tomar apuntes en papel y con plumones de colores
- Cantar a todo pulmón
- Que el viento me despeine
- Pasarme horas en el teléfono
- Leer mis textos viejos
- Tomar fotos en los momentos más absurdos
- Lavar, secar doblar y guardar ropa (en orden y por colores)
- Friends
- Ropa interior bonita
- Estampado de puntitos
- Que mis uñas se vean bonitas
- Hacer listas (¡y cumplirlas!)
- Corregir ortografía
- Una pluma que “pinte bonito”
- Vodka con cranberry
- Hablar sola, cuestionarme, regañarme y apreciarme
- Pintarme los ojos de negro (¡Muy negro!)
- Cuando los jeans se ajustan perfecto
- Encontrarme pecas nuevas en la espalda
- El olor a Pinol
- Cuando la gente se da cuenta que soy más, mucho más que “una cara bonita”
- Que me elogien lo que escribo
- Comida de los sábados en casa de los abuelos
- Carlos V
- Las enchiladas verdes de mi Tía Gaby
- El arroz con leche de Ale
- Cuando me pongo nerviosa por leer un mensaje y simplemente observo el celular, sonriendo estúpidamente
- Cuando me duelen los cachetes por sonreír estúpidamente
- Contestar “todo bien” y que no me lo crean
- Discusiones inteligentes; argumentos, no berrinches
- Despertarme después de las 14:00 hrs
- Converse blancos
- ¡Gatos! Suaves patitas que trepan sobre mí
- Bufandas grandes
- Ir a una mercería y tocar tooodas las telas
- Ataques de risa
- Que mi mejor amiga me entienda
- Cuando llego a mi casa y Mazapán me recibe
- Helado de zarzamora de la Dolphy
- Organizar todo en cajas con etiquetas y saber perfectamente dónde están los clips, sobres, cables, etc.
- Liquidar mis deudas
- Ir al salón de belleza (uñas, corte, tinte, etc)
- Que un cliente en el teléfono me diga que tengo excelente actitud y carisma
- Pasar horas en la regadera, al menos una vez al mes
- Perderme en la profundidad de unos ojos que aunque no hablen, me dicen que sienten igual que yo
- La noche antes del primer día de clases
- Palomitas con M n’ M’s
- Ver películas todo un fin de semana en pijama
- Forrar regalos con nada más que listones, cinta y papel de china
- Hornear recetas de pasteles nuevos
- Aprender a hacer arroz… ¡Sin que se me queme!
- Acampar en la playa
- Quedarme despierta hasta el amanecer
- Pijamadas de películas de miedo y golosinas
- Micheladas de sabores
- Servir como buen ejemplo y asesor para quien sé que lo necesita
- Que mi abuelita diga que somos amigas
- Darme cuenta que me observas
- Latte espumoso y con tres de splenda
- Ver fotos viejas y recordarlo todo
- Escuchar Chasing Cars –Snow Patrol y volver a una mañana camino a la escuela en abril de 2008
- Ritz con queso Philadelphia
- La canción perfecta en el momento perfecto
- Que se me olvide todo y voluntariamente perder el control aunque sea por unas horas
- Llegar puntual a una cita
- Ver las estrellas
- Pudín de chocolate
- Releer Harry Potter
- Que me dé “el simple” cuando menos lo espero
- Manejar en carretera
- Escribir en cursiva
- Ver la superficie del mar desde abajo y pensar cómo por un segundo todo se detuvo, incluso el latir de tu propio corazón
- Tronarme los dedos de las manos, el cuello, la espalda y las piernas
- Inesperadas conversaciones de medianoche con esas personas que realmente importan
- Jumex de mango
- Abrazos “ricos”
- Organizar “el súper” cuando llego a mi casa con ayuda de tuppers y bolsitas ziplock
- Que me digan que soy “platicable”
- Tomar cafesitos chismosos con mis amigas
- El agua de sandía
- Empezar una agenda nueva, con bonita letra
- Abrir los ojos, ver que aún hay tiempo y acostarme a pensar en todo lo que quiero y cómo es que lo voy a conseguir.
martes, 29 de octubre de 2013
El noventa y tres
...Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones
sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el
amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de
todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los
sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni
por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a
quererte, te quiero porque no sos mía, porque estas del otro lado, ahí donde me
invitas a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo mas profundo de la
posesión no estas en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay
horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar,
con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los
autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no
se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente
sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la
operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés
como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después
de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo
al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave,
amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio
desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer
una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme poco en vos, no habría más que
sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y a poco empezarían a
brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la
hermosura.. dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando
una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien
así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es
gratuito.
¿Por qué stop? Por miedo de empezar
las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del
otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te
quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos
amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del
amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general
sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una
mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como sise
pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y
te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen
porque-la-aman, yo creo que es al vesre. A Beatriz no se la elige, a Julieta no
se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando
salís de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de
escriba, las perras negras se vengan como pueden, me mordisquean desde debajo
de la mesa. ¿Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. ¿Por qué, pourquoi,
why, warum, perché este horror a las perras negras? (...) Tengo miedo de ese
proxenetismo, de tinta y de voces, mar de lenguas lamiendo el culo del mundo
(...) En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque
haya que renunciar a la inteligencia, quedarse en el mero pedido de papas
fritas y los telegramas Reuter, en las cartas de mi doble hermano y los
diálogos del cine. Curioso, muy curioso que Puttenham sintiera las palabras
como si fueran objetos, y hasta criaturas con vida propia. También a mí, a
veces, me parece estar engendrando ríos de hormigas feroces que se comerán el
mundo...
Julio Cortázar, RAYUELA, Capítulo 93
–fragmento-
miércoles, 16 de octubre de 2013
miércoles, 31 de julio de 2013
Diagnosis
When was the last time you were out
there in the darkness? No lights, no sounds, no knowledge of your whereabouts
or any sign of companion. When was the last time you felt alive with the cold
summer breeze and your own thoughts as witnesses of your existence. Feel the
bliss within the silence, within yourself and your surroundings. When was the
last time you talked to yourself, laughed at yourself, looked at yourself in a
mirror while shedding tears from the corner of your left eye, taking a close
look at pain itself without even feeling sorry about it, without feeling at
all, just standing there in front of you in numbness. When was the last time
you made yourself proud, so proud you did not even need to tell anyone else
about it, self acknowledgement is sometimes the best reward not because showing
off isn’t amazing but because you know you have always been your toughest
judge.
When was the last time you had
control over every little detail of that one thing you know you can’t even take
off the top of your head if you try your heart out?
When was the last time impotence
made you cry? Overwhelming desire for something you know you can’t just not
have; but whether you eventually will or not is something that couldn’t be
further from your own personal decisions and capabilities.
When was the last time you did
something crazy? Why did you stop? When was the last time overthinking kept you
from sleeping at four in the morning? Sleepless nights that develop a pattern
that will forever remain written in your soul; that infinite soul that
nourishes from tiny particles of laughter and microscopic anemones of love.
When was the last time you felt love? Made love? Received love? Gave love? When
was the last time the illusion of love kept you smiling, at least for a second,
that split second until you realized it was never there, it was just the shadow
of a possibility very much like the reflection of the left eye tear in the
mirror that one day when you met yourself at your most vulnerable stage, yet
the best one, the one left unseen. When was the last time you felt afraid to be
alone? Was it fear of missing someone or just of been left with your own self?
domingo, 9 de junio de 2013
Wishlist Vol. 3
I want recklessness, I want the
fairytale, I want a strong laughter, luminous nights and deep eyes to fall
into. I want to let go, to lose the fear. I want singing out loud, I want
ridiculous dancing; I want handwritten notes and a big cup of coffee. I want
pillow fights and twelve year old foolishness.
I want love. I want unconditional,
irrational, crazy, hectic, intense, dramatic, overreacting love. I want the
voice inside my head to tell me... “See, I told you it would be worth it”. I
want to feel. Feel heat and cold, feel the tenderness and warmth of a sulky
kiss. I want closed eye smiling and ever soft cuddles.
I want it all, and to get there I am
willing to give it all, to take the risk to jump and trust, to allow myself to
feel regardless of the pain that may or may not follow.
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