miércoles, 18 de junio de 2014

Brillar y volar

Se me encienden las ideas. Palpitan dentro de mí tantas posibilidades que de pronto se acercan tanto que abruman y decido cerrar los ojos, no ver, sentir. Humanos como tú aquí no hay. Y no, no hay. No creí llegar a toparme con alguien que además de maravillarme en verdad me hiciera pensar, que llegara como esa estrella fugaz que vi el día del eclipse de luna, completamente inesperado y para cambiarlo todo. Hoy ya nada podría ser igual, hoy ya sé que existe una luz que potencia esta luz. Se me encienden las ideas y se vuelven locas, quieren salir a pasear, quieren verse confrontadas, se engalanan y me piden que las deje salir, no para mezclarse sino para contrastar. Se me encienden las ideas y me derrito en un abrazo en que al reloj se le acaba la batería y el segundero avanza pero el tiempo no, permanece estoico. 

Fascinación absoluta y ver las cosas con otro filtro, uno que te enseña más colores, formas y sabores; uno que te muestra todo lo que nunca pudiste ver porque tu mirada no brillaba del modo en que hoy irradia sonrisas a través de ojos negros que quieren gritarlo todo. Se me encienden las ideas y me muero de ganas por todo lo que no entiendo, lo que no sé asimilar, lo que no controlo ni conozco. Se me encienden las ideas porque sé que enciendo las tuyas. El miedo que siempre tuve de llegar a este punto hoy no existe, lo reemplazaron las ganas de volar. 

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