sábado, 19 de noviembre de 2011

Yo sí puedo, ¿Y tú?

No puedo. No sé cómo. No me va a salir bien. Tenemos un chip en nuestra mente que nos limita, que nos dice que no podemos hacer las cosas sólo porque nunca lo hemos intentado. A veces nosotros mismos creamos esas barreras que nos impiden avanzar y lograr nuestras metas. ¿Cuántas veces hemos dejado de hacer cosas que queremos sólo por temor a equivocarnos, o por flojera de aprender a hacerlas?

Trabajé en los Juegos Panamericanos y ParaPanamericanos de Guadalajara 2011 y descubrí  que el "No puedo" no es una opción. Qué inmenso coraje escuchar al público en gradas gritando en coro el tan conocido "Sí se puede". ¡Claro que se puede! ¿Por qué no habría de poderse? Tenemos que dejar de limitarnos, hay que abrir nuestra mente, metas y horizontes. Todos somos posibles de conseguir lo que sea que nos propongamos, ese es el ideal que me dejó participar en estos eventos.

Perla Barcenas, Primer lugar en Levantamiento de Pesas. Juegos Parapanamericanos Gdl 2011
Conoces gente a la que le han dicho que no puede toda su vida, y sin embargo es su convicción y perseverancia la que los ha traído hasta aquí. Deberíamos adoptar más aspectos del espíritu deportista que sólo apoyar a nuestros equipos; como esa ideología del "Sé que puedo y lo voy a lograr". No todos podemos ser medallistas olímpicos o panamericanos, pero todos podemos cumplir nuestras propias metas si fijamos la mirada en ellas y dejamos de lado los obstáculos y las voces que repiten cuán difíciles son las cosas. Por supuesto que la vida es difícil, sino no valdría la pena.

Pienso que vale la pena que intentemos todo lo que queramos, dar el máximo esfuerzo en todo lo que se haga, no quedarnos a medias. Olvidarnos de la mentalidad mediocre y decirle al mundo "Yo, sí puedo. Voy a conseguir esto y MÁS"


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Literatura Online

La transformación hacia un ciberespacio letrado
Vivimos en un mundo que gira, cambia y acelera su ritmo de vida. La sociedad actual no es ni remotamente similar a la de hace 50 años, y probablemente en 50 años se habrá transformado nuevamente. Si hay una constante en esta vida es que todo cambia; nada permanece quieto  y estable. Como parte de este caos llamado humanidad tenemos una responsabilidad muy importante, adaptarnos a todos estos cambios.

La literatura parecía ser un aspecto que no iba a cambiar, durante siglos se manejó de la misma manera. Claro, con modificaciones que surgieron a raíz de la imprenta y demás avances tecnológicos; pero en estructura se seguía manejando de la misma manera. El escritor realiza distintos rituales para adquirir la inspiración necesaria y una vez que la consigue la plasma; en papel, máquina de escribir, computadora, iPad, servilleta o lo que se encuentre cerca. Posteriormente estos escritos se imprimen y viajan alrededor del mundo para llegar a tu buró y que una tranquila noche decidas abrir el libro y sumergirte en las letras que te llevarán a otra realidad. Este fue el proceso de la producción literaria durante siglos, y de hecho lo sigue siendo para ciertos personajes que se niegan a adaptar al cambio.

Hoy en día la tecnología y las redes sociales han llegado a nuestras vidas para quedarse. Las empresas se han tenido que actualizar y adaptar a estas nuevas tendencias ya que son lo que los usuarios de la actualidad quieren. Lo de hoy son las interfaces virtuales, el alcance inimaginable, la difusión y el aprovechamiento del ciberespacio para el intercambio de ideas, imágenes, vídeos, audio y palabras.

El presente ensayo trata el reciente tema de la literatura online, en qué consiste y cómo ha revolucionado a la industria editorialista actual, de manera que muchos lectores han optado por esta accesible y amigable alternativa. Se explicará cómo este cambio trae beneficios para escritores tanto nuevos como consagrados debido a que les brinda difusión en un medio que se ha vuelto omnipotente. Así mismo, se presentan las virtudes de la literatura en plataforma virtual para los asiduos lectores que estaban a la espera de este gran paso para el mundo de las ideas.

Todo blogger puede ser escritor
Yo tengo un blog. Lo utilizo para publicar todo lo que escribo; ensayos, inspiraciones de medianoche, pensamientos, fotos de mi día a día y demás. Mi blog es mi manera de decirle al mundo: “Hey, aquí estoy, tengo una voz que quiere ser escuchada”. Como yo hay muchas más personas que hacen uso de la red virtual como un canal de expresión personal y profesional. El mundo de los blogs ha incrementado de manera alarmante en los últimos años debido al boom que ha tenido la literatura en línea y el intercambio de textos mediante la web. Todo mundo puede abrir un blog en Internet. Desde adolescentes hasta abuelitos, el único requisito es tener una cuenta de correo y ganas de publicar.

Y blogs los hay de todos tipos y en base a todo tipo de temáticas. Se trata de una revolución en el ciberespacio y la manera de publicar contenidos. Como lector, puedes establecer vínculos con los blogs de autores que te interesen, o de una señora del otro lado del mundo que narra sus experiencias como maratonista profesional; tú eliges qué quieres leer y con qué frecuencia. Otra maravilla de los blogs es que cada persona puede decidir quién quiere ser y qué parte de sí mismo prefiere compartir con el mundo. Como escritora principiante, me fascina la idea de saber que hay personas que se interesan en mis textos, en mi manera de ver el mundo y cómo la plasmo en letras, palabras, párrafos y ensayos. Hay una gran satisfacción en el instante en el que te percatas que alguien “te sigue” desde algún lugar lejano, que la tecnología ha posibilitado que lo que escribes de la vuelta al mundo para que sea apreciado por cualquier persona que acceda a tu espacio en línea.

Muchos escritores amateur no cuentan con los recursos suficientes como para publicar sus escritos de la manera convencional y es por esto que acuden al ciberespacio para utilizarlo como plataforma de arranque para su carrera literaria. Nunca sabes cuando tu blog pueda ser leído por el director de alguna revista, o por un editor de renombre que desperdiciaba horas de ocio navegando por la red, en búsqueda de algún sitio que destacara de la maraña de información que se encuentra “colgada” en la Internet, un sitio como el tuyo.

Ser escritor online no sólo termina en los blogs. Un verdadero autor devoto publica sus textos en cualquier plataforma posible, Facebook, Twitter, foros de discusión, etc. Incluso hay quienes se atreven a ir más allá y envían todo producto de su imaginación directamente a los portales en línea de periódicos, revistas y otras ventanas al mundo. Lo que me lleva a mi siguiente punto.

Muchos columnistas destacados de diversos periódicos realizan su trabajo desde casa por medio de la Internet. Ya sea porque estén retirados, por obstáculos como la distancia o simplemente porque se trata de corresponsables en distintas locaciones del globo. El periodismo virtual también ha crecido mucho con el auge de las publicaciones en línea, es una manera más rápida y ágil de enviar la información directamente al mundo sin tener que recurrir a intermediarios y a procesos que atrasarían el proceso de difusión de la información.
Tanto bloggers como periodistas y escritores consagrados hacen uso de las redes sociales y demás sitios en línea para compartir sus creaciones literarias con el mundo de una manera más personal, directa y creativa. Se trata de adoptar estas nuevas alternativas y apropiarse de ellas mediante la implementación del sello único y personal que te distingue.

Conociendo a los consentidos
Todos tenemos uno o varios autores que llaman nuestra atención y cuyos libros son los más deteriorados en el librero, nuestros consentidos. Como lectora asidua puedo asegurar que es muy gratificante navegar por la web y de pronto encontrarte algún texto inédito de ese autor que tanto admiras. Una manera muy sencilla de llegar a conocer de manera más cercana a todo autor que consideras mentor para tu carrera literaria es simplemente “seguirlo” en Twitter. Hoy en día, un gran número de escritores se encuentran en esta red social y la utilizan de diversas maneras. Hay quienes se dedican a publicar frases personales o que se encuentren en sus libros más destacados; también están los que narran su vida cotidiana, desde el café que tomaron por la mañana hasta un reporte del tráfico a media tarde.

Al final del día te das cuenta que tu realidad no es tan distinta a la de estos ya consagrados escritores. Puede suceder que luego de conocer más a fondo a estos personajes es que le encuentras un sentido distinto a sus obras y analogías. Te das cuenta que son individuos normales, como tú y como yo, que sólo buscan un medio para poder contarle al mundo lo que viven, piensan y el remolino de ideas, historias y vivencias que transitan por su mente.

La alternativa consciente
El cambio climático y la situación crítica del medio ambiente en la actualidad ya no son un mito, es una realidad que vivimos todos como habitantes de este planeta. Es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros el tomar medidas extremas para poder frenar y quizá revertir todo el daño que le hemos ocasionado a nuestro ecosistema. La tecnología es una herramienta que debemos aprovechar para generar alternativas que podamos adaptar a nuestros estilos de vida de manera que logremos contribuir con las acciones a favor del planeta. Un ejemplo de cómo se ha empleado la tecnología a favor del medio ambiente es mediante la creación de automóviles eléctricos que no contaminen el ambiente con emisiones de dióxido de carbono y demás químicos tóxicos.

En el ámbito de la literatura, la opción más adecuada para no contribuir a la contaminación del medio es la utilización de las plataformas electrónicas en lugar de la manera convencional de publicar textos y obras completas: el papel. Este es un material que genera grandes costos de producción y cuyo uso ha disminuido a raíz del surgimiento de dispositivos como el iPad de Apple o el Kindle de Amazon. Estos aparatos fueron creados específicamente para cumplir con la función de los libros. Hay tiendas en línea en las cuales se pueden descargar libros enteros a un bajo costo y con la ventaja de que los puedes almacenar en la memoria de estos pequeños y cómodos aparatos. Una vez que añades obras a tu biblioteca de estas máquinas, puedes acceder a ellas desde cualquier lugar y de una manera muy cómoda ya que éstas fueron diseñadas especialmente para funcional como libros, o en ocasiones de mejor manera.

En la actualidad muchos lectores han optado por estas alternativas a los libros de papel debido a su deseo por contribuir al cuidado del planeta y a que resultan ser muy prácticos y económicos puesto que los costos de los libros en línea son en ocasiones más baratos que en las librerías convencionales. Otra ventaja que tienen los e-books o libros electrónicos es que puedes tener cientos o miles de ellos en un solo sitio para disfrutarlos en cualquier lugar y momento, no hace falta acudir al viejo estudio a desempolvar aquella novela que leíste en secundaria; en cuestión de minutos la puedes descargar desde los portales en línea de las distintas marcas de estos dispositivos.

En caso de que el lector no quisiera invertir en un aparato que funcione como un libro moderno, también puede acceder a publicaciones y libros de un sinfín de autores desde la red. Hay sitios especializados en proporcionar versiones electrónicas de todo tipo de textos, desde novelas clásicas hasta del último tratado de la ciencia. Todo esto brinda una amplia gama de posibilidades para los lectores de conseguir lo que sea que necesiten de la biblioteca desde la comodidad de su casa, accediendo a la Internet y sin ocasionar un gasto de papel y de publicación, además de las tarifas de las bibliotecas. Desde el punto de vista ecológico y práctico, la literatura online definitivamente es la alternativa consciente.


Conclusiones
Dado que la Internet ha llegado a nuestras vidas para quedarse, es muy importante que la aceptemos como una nueva plataforma para darle mayor difusión a la información que nos interesa y que queremos dar a conocer al mundo. La literatura online es una manera de promover la creatividad de nuevos autores que necesitan un canal que difunda sus avances y logros. De ser aprovechada adecuadamente, esta nueva herramienta que nos proporciona la tecnología puede fungir como un trampolín hacia el éxito personal y profesional de distintos autores en vías de crecimiento. El universo de las publicaciones por Internet se sigue ampliando a cada minuto, es un espacio que cambia, crece y se transforma; y lo hace en base a las necesidades de sus usuarios.

La literatura ha tenido que adaptarse a los cambios que implican el desarrollo tecnológico y los avances de la ciencia; es una opción viable desde cualquier perspectiva ya que se ha adaptado al ritmo que lleva la sociedad actual. Beneficia tanto a escritores nuevos como consagrados, al medio ambiente y a la cultura global que se está constituyendo diariamente gracias a los adelantos tecnológicos.

Considero que es mi responsabilidad como escritora en potencia y como comunicóloga el estar actualizada en cuanto a las nuevas tendencias de la literatura y el periodismo en la Internet y sobre todo en las redes sociales, ya que se han posicionado como un punto clave en la difusión de artistas nuevos.

domingo, 24 de julio de 2011

Defendiendo la esencia

Muchos confunden a la fidelidad con la monogamia, y me parece pertinente mencionar que desde mi punto de vista personal, estos son dos conceptos completamente distintos. 

Ser fiel es una convicción del alma, no del cuerpo. En primer lugar se debe tener una fidelidad personal absoluta, y con esto me refiero a nuestras ideas, creencias y posturas; a todo aquello que nos define como personas, como individuos. Yo soy quien soy gracias a mi manera de pensar y actuar, soy lo que digo, soy el trato que tengo con quienes me rodean, soy lo que defiendo y a lo que me opongo. Y yo soy fiel a mi misma. ¿Que si esto me causa problemas? Claro que sí. Pero al mismo tiempo me llena de una infinita paz y tranquilidad, y eso se transmite. Al respetarme a mi misma, al no flanquear ante las diferencias me demuestro fidelidad, y por consecuencia, quiénes me rodeen lo harán de igual manera. Es una cadena. 

Sì, suena sencillo e inspirador; pero no siempre lo es tanto. Hay ocasiones en las que lo más viable es traicionarte para complacer a alguien más, y hasta cierto punto es aceptable, porque en el ceder reside la armonía. Pero por ninguna razón debe confundirse esto con sumisión, mediante la cual tu esencia resulte pisoteada por la de alguien más, con un respaldo más sólido o un mayor número de seguidores. Tus ideas son justo eso, tuyas y aunque ninguna otra alma las comparta eso no les quita veracidad o valor. Tus ideas son tu realidad y ésta es única e irrepetible. Y por esos simples motivos ya es perfecta. 

Porque aún todos digan que tu realidad es errónea, mientras exista para tí y tú le seas fiel, existirá por siempre, en la mente de quien, como tú, decide creer en ella. 

jueves, 30 de junio de 2011

Brincando charcos

No me gusta la lluvia. Ya llegué a esa conclusión. Hace frío, me mojo, está nublado todo el tiempo, hay truenos, mosquitos y arañas (muchas arañas). No, no me gusta la lluvia. Y pensar que tendré que sobrellevar esta situación por los próximos tres meses me deprime. 

A mi me gusta el sol, el calorcito. Salir a la terraza a leer sintiendo como la espalda se calienta con rayos que  traspasan mi ropa y se encargan de acariciar mi piel. Me gustan los preciosos atardeceres de Guadalajara; como a eso de las 8 de la noche el cielo se torna de mil colores y la ciudad adquiere una atmósfera de cuento de hadas, con un cielo de bombón y nubes de algodón de azúcar de feria (ese rosa fosforescente) que antojan salir a caminar sin rumbo, simplemente a admirar el irrepetible panorama. 

Aunque debo admitir que la lluvia me hace pensar en ti. Sé que te gusta, te pone de buenas y te hace feliz. Y eso, eso me hace feliz a mi. Creo que tendré que acostumbrarme a esto de vivir días grises. Bueno, algo lindo tendrán... Sólo es cosa que abra mi mente y me de cuenta de lo que me rodea; porque hay que hacerse a la idea, así será de ahora en adelante. Estos días grises pueden servir de time out. Toda mi vida relacioné a los días así con tiempo libre. Sí, porque eran en tiempos de huracanes cuando se presentaban, y no había clases, ni luz, ni amigos, ni sol ni nada, sólo tiempo, mucho tiempo. Y no es que ahora tenga precisamente mucho tiempo que desperdiciar, pero si algo recuerdo de aquella época era que en esas contadas ocasiones de penumbra era cuando me dedicaba a mí misma, a reflexionar,  valorar y decidir. Y si lo vemos de esa manera tengo tres meses de tranquilidad y reflexión.... Como que me empieza a parecer menos trágico. 

Debo asignarle un nuevo significado a estos días, ya no serán melancólicos y amargos; serán intelectuales y relajados. Sí, me parece muy bien. Ahora, a ponerlo en práctica durmiendo arrullada por las gotas que caen sobre mi ventana y el cantar de los grillos que lejos de evocar soledad me remiten a una orquesta de violines desafinados. 

jueves, 16 de junio de 2011

Simplificando lo complejo, quizá lo más complejo que hay.

Denso, muy denso. Pero si lo piensas un poquito más no lo es tanto; de hecho puede llegar a ser bastante sencillo. Amar es determinar tu vida con esa persona. Elegir compartir cada instante por insignificante que este parezca, ya que muchas veces son esos pequeños momentos los que más pueden llegar a acercar a las personas. Es despertar un día y darte cuenta que eres suficiente, no sólo para esa persona sino para ti mismo. Sentir que tu existencia tiene algún sentido, es ese reconocimiento gratificante al saber que influyes en la vida de alguien más, que trasciendes. Y es que, ¿qué es más trascendente que el amor? 

Amar es encontrar a esa persona a quien hasta el más pequeño detalle de tu vida le asombrará, amar es interesarse por algo más que uno mismo, interés real, honesto y altruista. Es desear la felicidad de alguien más, la propia y la que juntos compartirán. Amar son esas inmensas ganas de estar con esa persona cuando no se puede, es querer dejarlo todo por estar juntos. Amar es que nada más importe. Amar a alguien es compartir un pequeño planeta con ese ser tan importante, vivir ahí por siempre no necesitando nada más. Amar es tenerlo todo aún careciendo de tantas cosas, siempre y cuando no sea de si mismos. Amar es creer, amar es confiar, amar es liberar. 

Amar es tener esa certeza de que pase lo que pase, estén juntos o no; esa persona siempre tendrá un lugar en tu corazón, en tu vida, en ti. Simple y sencillamente porque de no haberse conocido, y amado, tu no serías quien hoy eres. 

Cuando amas a alguien, ves el mundo de diferente manera, es como si súbitamente tu percepción de la realidad se optimizara en un 200%; los colores brillan más, los aromas adquieren significados completamente distintos, las palabras, canciones e imágenes que conforman el mundo en el que vives te remiten a ese ser tan especial. Y esa experiencia, el verdadero amor, no se termina en un mes, ni en tres, ni en 50 años. El verdadero amor nunca muere, se alimenta de la esperanza y la fe de ambas partes. 

Sí, porque si tuviera que resumirlo en un enunciado, diría que amar es esperanza

viernes, 27 de mayo de 2011

Bienvenida al mundo real

Pero qué difícil resulta esto de extrañar, duele estar lejos de aquellos que no siempre valoramos pero que inundan nuestra vida de sonrisas, pleitos, chistes locales, abrazos, besos, lágrimas y chocolates. Vas por la vida sintiendo que todo es convencional, caes en la rutina y llega un punto en el que te desquicia, en el que mueres por algo diferente, nuevo. Y cuando por fin sucede, shock. 

¿Qué se puede hacer ahora que la vida es distinta? Nunca creí llegar a este punto. Pasar un verano sin más compañía que una niña -no tan niña- de veinte años y tres meses. Una persona con la que hace mucho no converso, que día con día se reinventa a sí misma, y que meses después es alguien nuevo, tan irreconocible como el compañero de pupitre de segundo de primaria. 

Lo he dicho y no me arrepiento de ello. Es en la soledad cuando mejor nos conocemos a nosotros mismos. Y sin embargo, el día que todos se marchan lo único que quieres es que regrese el tiempo. De repente y sin previo aviso se te ocurren las soluciones perfectas a todo conflicto previo; pero el momento ya pasó. Ya no sirve de nada. Estar sola me tortura, me hace cuestionarme. Cuestionarme acerca de todas aquellas verdades ocultas a mí misma. Son esas ideas las que quitan el sueño en estas calurosas noches de mayo. Masoquismo. Pensar una y otra vez en lo mismo, darle no mil sino un millón de vueltas al mismo asunto. Cuando parecía que ya habías determinado una posición en cuanto a una idea de pronto te das cuenta de que esta es altamente modificable. Pero no sirve de nada, porque en este momento no se aceptan cambios, y aunque así fuera no hay manera de aplicarlos, no hay nadie. Estás sola. 

Y entonces ¿qué hago? Me dedico a afinar los detalles imperfectos de esta niña, o más bien. Me dedico a darle el toque imperfecto a la "señorita control".  Decido. ¿quién quiero ser?  Y dispongo a elaborar un nuevo personaje, uno más alegre, más profundo, menos estresado, que valore más la vida, que ría más y se queje menos. Una persona que los demás admiren, pero más importante que se admire a sí misma. Es una labor complicada, no la descalifiquen. Todas las cualidades deben tener su contraparte porque el mundo no es perfecto, y quiénes vivimos en él tampoco lo somos. Cambios físicos, nuevo tinte de cabello, rojo. Sí, me agrada. El rojo es el color por excelencia. Es vivo. Más esfuerzos para conseguir una larga melena. Dieta rigurosa y rutina de ejercicio para morirse pero que sabes valdrá la pena.

Esta artista tiene una visión; pero también un tiempo límite. Para lograr conseguir los resultados deseados hay que esforzarse más que nunca, porque el juez más duro de esta competencia es nada más y nada menos que ella misma. Es momento de convertirte en quien siempre quisiste ser pero nunca te atreviste. Es momento de tomar esas decisiones que aunque simples son las que cambian el rumbo de nuestras vidas. 

Ubico dónde estoy situada y llego a una conclusión, será un verano difícil, pesado y de mucho trabajo emocional. Será este el verano de tu vida. Y lo pasarás sola... ¡Qué dicha! Dos meses intensos de conocerte, de valorar el entorno y la persona que eres. Es momento de cambiar. No para bien y no para mal, sino para adelante. Tiempo de crecer, de madurar. De sufrir un poco menos y vivir un poco más. 

Porque será horrible extrañar a quien tanto amas. Pero más horrible sería extrañarte a ti misma dentro de unos años cuando te des cuenta que dedicaste todo tu tiempo y esfuerzo a otros y te olvidaste de esa personita que se encuentra atrapada en tu interior y que lucha por ser escuchada, por tener una voz.

viernes, 20 de mayo de 2011

Culminación de la vida que nace

Luz, cuánta luz. Una mañana distinta y al mismo tiempo convencional, igual a cualquier otra. Rutina, ah la rutina. Mateo realiza las mismas tareas de cada mañana de la misma metódica manera. Sin embargo, este día es distinto, ya se percibe un aroma peculiar en el aire al momento que Mateo maneja su Volkswagen modelo 83 camino a la oficina. Su cuerpo siente un cambio, se percata de que algo está mal, algo pasa. Café, llaves, maletín, almuerzo, abrigo y sombrero. Lo trae todo, no ha olvidado nada; trata de convencerse a sí mismo que todo está en orden, aun así la inquietud sigue presente pero se disipa al arribar a una de las avenidas más transitadas de la ciudad de Nueva York. 

La vida es algo fugaz y efímero, si no se percata uno de que se está viviendo probablemente se termine de pronto y sin previo aviso. Así le sucede a Mateo en este tan normal día, pero él aún no se da cuenta de ello. 

Hoy Mateo se encuentra de mejor humor de lo normal, ingresa al edificio saludando a quien se tope y con una sonrisa que delata su inusual felicidad. Diecisiete pisos que generalmente sube en el elevador que comparte con otros siete u ocho sujetos, siempre sin hablar, siempre sin sonreír. Hoy asciende hasta su oficina en el piso diecisiete de una manera inusitada, utilizando las escaleras. Convencionales, siempre tan comunes, tanto que nunca había pisado si quiera el primer escalón.  Pero hoy es un día distinto, Mateo lo está haciendo todo de una manera que la noche anterior nunca hubiera imaginado, es como si durante la noche se hubiera convertido en una persona nueva sin si quiera darse cuenta de ello. Cuántos años trabajando en el mismo sitio, realizando los mismos actos día tras día sin el más mínimo cambio. Una vida sin sentido, cumpliendo lo que todos esperan de él, pero sin tener idea qué es lo que él espera de sí mismo. 47 años de una vida desperdiciada, de días que comienzan y terminan sin mayor importancia. Es miércoles, un día común y corriente pero que de alguna manera ha cambiado la perspectiva desde la cual este hombre ve el mundo, vive el mundo y se vive a sí mismo. No sucede nada específico que haya provocado este cambio, pero sucede y eso es lo que importa.

Feliz, inmensamente feliz, así es como se siente Mateo al subir los escalones del piso número 12. Sus pantorrillas arden a raíz del esfuerzo físico que está realizando, su corazón palpita a un ritmo más acelerado de lo normal, pero aunque su cuerpo está agotado, él no lo siente. No es capaz de sentir nada más que esa profunda felicidad que inunda su alma, que le hace sentir que su vida ha comenzado a tener sentido, que lo que ha hecho a lo largo de los años es por una razón y que no merece vivir de la miserable manera en que lo hace. Piso 16. Ya casi llega. Pero, ¿a dónde llega? A la oficina, eso es evidente, pero ahora que su existencia ha adquirido un nuevo sentido, ¿verdaderamente debería estar ahí? Mateo se da cuenta que no pertenece en ese sitio, que de hecho no pertenece a ningún lugar en el que haya estado a lo largo de toda su vida. Súbitamente su vida ha cobrado sentido, sin embargo al mismo tiempo pierde toda noción de realidad.

Al encontrarse con la puerta que al abrirse daría paso al piso diecisiete Mateo se detiene, sabe que al momento que cruce ese umbral su vida cambiará, de pronto cobra consciencia de que su vida terminará en cualquier instante. Le quedan unos cuantos segundos, quizás un minuto más de existencia en este mundo, en esta realidad que apenas hace algunas horas ha adquirido un sentido. Toma la manija de la puerta, un profundo suspiro, un beso mental a su amada esposa, a sus hijas y a sí mismo, a ese Mateo que está a punto de desaparecer, de fugarse de la vida, del mundo y de todo lo que ha conocido. Se abre la puerta, entra una fortísima ráfaga de viento cálido, y luego, el abismo.

lunes, 11 de abril de 2011

(paréntesis)

Ganas, muchas ganas de dormir. De salir de aquí e irme a cualquier otro lado, si es posible, a la playa. Todo es muy estresante, me estoy volviendo loca!! Pensemos en un lugar alegre. ¿Qué me gustaría que hubiera en ese lugar? 

Agua. Ya sea mar, lago, río, una alberca, algo que contenga agua y que refresque. Agua que llene de vida, agua que despierte. Agua azul, fría y transparente. 

Comida... de preferencia algo dulce y azucarado. ¿Qué tal unos chocolatitos? Pastel de zanahoria glaseado, crepas de nutella con philadelphia, galletas con chispas de chocolate de Subway... O una deliciosa manzana enchilada como las que venden en el centro de Guadalajara... Una nieve de Ben & Jerry's sabor cookie dough... mmm ya me dio hambre.. cambiemos de tema

Otra cosa que se me antoje para ese perfecto instante.. Musiquita tranquila y relajante, con unos micrófonos para cantar. Y amigos, muuuchos amigos para compartir este minúsculo espacio de tiempo... ¿O sola? No lo sé... mejor los amigos un rato pero que después se vayan. Porque es lindo estar sola, eso relaja más que cualquier otra cosa. Más que unas galletas oreo sumergidas en leche fría y más que acostarse boca arriba en el mar simplemente a ver el cielo, observar como las nubes cambian de posición. 

Quiero escapar... tic toc, tic toc, que el tiempo pase ¡YA!

jueves, 24 de marzo de 2011

De la ausencia libre de lágrimas; de la dulce, dulce soledad

Todo nuestro mal proviene de no poder estar solos” Jean de la Bruyére

La soledad siempre es tomada como algo negativo, triste y que provoca unas inmensas ganas de desaparecer, de que nada exista. Soledad es nostalgia, desear algo que no se tiene, que se perdió o que nunca se pudo conseguir. Es como un trago amargo por el cual nunca se querrá pasar. Existe una cultura de temor hacia la soledad. Huimos de ella lo más posible y la categorizamos como terrible. Yo considero que esto está mal. Saber estar solo es una gran virtud de la cual muchos carecen.

“La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes” dijo alguna vez el filósofo alemán Arthur Schopenhauer. Lo que yo puedo interpretar de esto es que, para que una persona se encuentre en absoluta paz consigo misma debe aprender a convivir con su propia soledad ya que esta enriquece el espíritu.

Y no hay que malinterpretar las cosas, tampoco se trata de que seamos todos ermitaños y que no exista interacción entre las personas, no ese no es el punto. Lo que se debe hacer es eliminar ese prejuicio que se tiene de que la soledad es sinónimo de amargura y tristeza.  Simple y sencillamente porque no es así.

Entonces, ¿la soledad es algo bueno? ¡Claro que sí! El periodo que se experimenta luego de la separación de algo a lo que solíamos estar muy apegados genera depresión y la sensación de melancolía con que se relaciona a la soledad. Las separaciones más dolorosas siempre son aquellas que surgen a partir de relaciones de dependencia, que cuando terminan dejan un vacío al cual le otorgamos el nombre de soledad. Por lo tanto, si hubiera que asignar una palabra a este sentimiento sería sin duda: ausencia. Y la ausencia no debe ser necesariamente dolorosa.

Es en estos instantes en los que nos encontramos rodeados de nada que aprendemos más. El hombre crece en soledad, es ahí que se encuentra a sí mismo, y si no lo ha encontrado aún, lo conforma. Como bien dijo Laurence Sterne en su época, “La soledad es la mejor nodriza de la sabiduría”. Ya que es mientras se está absolutamente solo que se aprende lo que es verdaderamente importante. Porque el conocimiento que se imparte en las aulas de clase es pasajero, olvidadizo e irrelevante. Lo que vale la pena saber no nos lo enseña nadie, eso es algo que cada quien debe descubrir. Citando nuevamente a Schopenhauer reafirmo mi punto, “La soledad ofrece al hombre colocado a gran altura intelectual una doble ventaja: estar consigo mismo y no estar con los demás”.

Bueno, ¿y en las relaciones? Lo que sucede luego de una ruptura sentimental muy fuerte es una gran depresión conformada por una inmensa soledad que desgarra el alma. ¡Pero eso está mal! ¿Por qué es que nos hacemos eso a nosotros mismos? No hay necesidad de martirizarse, se está solo, sí. Adaptarse al cambio también será difícil, sí. Pero no es el fin del mundo, sino todo lo contrario. Aprender a vivir sin más compañía que la de uno mismo es un proceso de crecimiento personal importantísimo, tanto que considero que todos en algún punto de nuestras vidas deberíamos darnos la oportunidad de estar solos. Como individuos debemos conocernos, aceptarnos y aprender a interactuar con nosotros mismos. “El carácter independiente surge de poder bastarse a sí mismo” afirmó Francisco Grandmontagne. Comparto esta opinión ya que es cierto que la independencia de una persona surge a partir de su capacidad de vivir en soledad.

No vivimos a pesar de la soledad, no. Vivimos aprovechándola y utilizándola con la finalidad de enriquecernos de ella.


sábado, 12 de marzo de 2011

Desenamoramiento para principiantes

Amor, amor, amor… mucho se escribe, se canta y se dice acerca del amor, sus maravillas, milagros y bondades. Pero, ¿qué sucede cuando este se acaba? Cuando de repente y sin previo aviso, este maravilloso sentir desaparece sin intenciones de regresar y dejando en su ausencia un cúmulo de emociones indescriptibles y que parten en dos cada partícula de nuestro cuerpo. No hablaré del amor, sino de su contraparte, el cruel, despiadado y amargo desamor.

¿Qué es eso del desamor? Es un hombrecillo flaco, flaco que se está quedando calvo y cuyo rostro ya ha olvidado como dibujar una sonrisa. El desamor es la viva imagen de la amargura y la soledad, de la melancolía y la nostalgia. Estar “desenamorado” es ser libre y que no sirva de nada porque se sigue estando atado por cuerdas de hilo invisible a esa persona que nos ha dejado ir.

Causas del desamor
Huy, muchísimas cosas provocan este común síndrome. Para tener una mayor comprensión del tema y posteriormente lograr suprimir este horrible sentimiento, enunciaré unas cuantas causas y las acompañaré de una breve descripción.

1.- El desamor por rechazo del ser amado. Esta clase de desamor se refiere a la desdicha que vive una persona luego de enterarse de que el objeto de su infatuación no tiene ningún interés en su persona. Es muy difícil de aceptar pero una vez que se asimila suele superarse rápidamente y surge un nuevo sentimiento que lo reemplaza, el rencor hacia esa persona.

2.- Por otro lado tenemos el desamor ocasionado por una fuerte desilusión. Se presenta cuando uno de los enamorados se percata de que la otra persona no es quien se pensaba que era. Frecuentemente, esto se hace evidente luego de un engaño, pleito o situación adversa en la cual la persona previamente amada no responde de la manera esperada o deseada. Esta clase de desamor es de las más dolorosas puesto que hiere al orgullo y resulta difícil de perdonar.

3.- Uno de los casos más tristes es el de los amores imposibles. Esto sucede cuando los dos implicados se aman intensamente pero intervienen terceros que los hacen entrar en razón de que viven un error ya que “no deberían” estar juntos. Los motivos de estos amores imposibles son las grandes diferencias de edad, de clases sociales, de raza, religión o cultura existentes entre los enamorados. Claro que siempre habrá quienes desafíen a las normas y continúen con su amor; pero generalmente estos casos terminan en traumáticas rupturas. Se dice que quienes sufren este tipo de desamor nunca son capaces de volver a amar a nadie más puesto que no se olvidan de esa persona tan especial.

4.- Quizá el desamor más terrible y doloroso es aquel que surge a partir de una relación prohibida ya que este comienza a experimentarse en la relación y se intensifica una vez terminada esta. En esta situación, los tres implicados sufren de distintas maneras. La persona que engaña experimenta una confusión de sentimientos que le impide amar correctamente y que le carcome la conciencia. La persona engañada (si se entera de la situación) sufre el doble ya que es víctima de la desilusión, el rechazo y la mentira a la vez. Aún si consigue perdonar a su pareja, la confianza nunca podrá ser restaurada del todo. Mientras que la persona con la que se engaña vive una de las posiciones más difíciles ya que ama a alguien que nunca podrá tener y que nunca sentirá lo mismo por ella. Es por esto que el desamor a raíz del engaño lastima más que cualquier otro y deja secuelas irreparables.

5.- El último tipo de desamor que se analizará es aquél que no se manifiesta. Esta clase de sentimiento se genera a causa de un amor secreto. Es muy común en adolescentes que se enamoran de adultos o de integrantes de la familia. También se presenta en personas que aman a quien ya se encuentra comprometido y deciden quedarse callados. Se trata de un desamor cruel y masoquista ya que se sufre solo y en silencio. Muchos de estos casos nunca se superan, se ama a esa persona toda la vida sin que ella si quiera se lo imagine.

Fases para la eliminación del desamor
Independientemente de cuáles sean las causas para que una persona experimente los tormentos y desdichas que trae consigo la pérdida del ser amado (o la aceptación de que nunca se podrá tener) existen ciertas fases o etapas por las que se debe atravesar para llegar a olvidar a ese ser de nuestros desvelos y amarguras. Para mayor entendimiento le otorgaremos un nombre y una historia  a nuestro protagonista. Se trata de una chica de diecisiete años, se llama Paula y su novio la cortó porque decidió que ya se había aburrido de ella y que una nueva novia es justo lo que necesita.

1ª fase: el abandono
La tragedia sucede. Paula es abandonada por su pareja, dejándola despojada de toda felicidad y dicha, solo le deja una profunda herida en el alma que arde más que limón sobre una cortada de papel en el dedo índice. Es en esta fase que la joven Paulita se siente morir, su vida carece de sentido sin su amado. Daría todo por volver con él (incluso considera ir a rogarle que reconsidere su decisión). Descuida su apariencia personal, no habla de otra cosa que del fulano, llora cada vez que lo ve con la nueva novia y no quiere saber nada de nada, su mundo se terminó.

2ª fase: la soledad
Paula ya aceptó que no regresará con el novio, ya no lo haría si él se lo pidiera. Aún le duele recordar y aunque no lo admite, piensa en el todo el día. Pero al menos, ya ha adoptado una postura de adaptación. Se encuentra sola y comienza a asimilarlo. Se ha dado cuenta de que va a estar bien sin él, solo tomará algo de tiempo.

3ª fase: la nostalgia
Paula ya no está deprimida y su nivel de obsesión con el ex novio ha disminuido considerablemente. Ha vuelto a ser feliz y comprende que al terminarla, el tipo le hizo un favor. Aún siente cierta nostalgia por la relación y añora los momentos buenos. Todavía lo extraña, pero ya no le duele su ausencia, sabe que pronto lo olvidará.

4ª fase: la superación
Si se lo encuentra, lo saluda cordialmente y sin momentos incómodos. No es su amigo pero ya no siente nada por él. Paula comienza a salir con otros chicos y a considerar a varios como prospectos interesantes. Se siente liberada y contenta. Ya no piensa en el ex, no lo extraña ni desea estar cerca de él.

5ª fase: la indiferencia
“¿Qué anduve con fulano? Ah sí, pero equis, nada importante”. A Paula ya le da igual. En ocasiones se le olvida que en algún momento amó a esa persona, todo se ha esfumado. No rencores, no nostalgia ni tristeza. Cuando se topa con fotos o cartas viejas, le cuesta trabajo imaginarse cómo pudo pasar todo eso, ya no tiene sentido. Es ahora que Paula está lista para iniciar una nueva relación si lo desea. Se ha olvidado por completo de este sujeto que en un momento fue tan importante para ella; pero que hoy no es nadie.

Y así, así de sencillo se deshace uno de ese horroroso hombrecillo que solía acompañarnos día y noche causándonos llanto y robándonos la dicha y la felicidad. Amar es uno de los sentimientos más hermosos que hay, y no debe permitirse que experiencias amargas como estas quiten las ganas de volver a enamorarse. Siempre hay que darle una oportunidad al amor, nunca se sabe qué puede resultar de algo a menos que se intente. Hay que arriesgarse una y otra vez hasta encontrar a la media naranja, al alma gemela, al amor de la vida. Prueba y error, así es como funciona esto. 

miércoles, 9 de marzo de 2011

"La primera igualdad es la equidad" Víctor Hugo

Se dice que vivimos en tiempos de igualdad, que no hay en esta tierra un ser humano que valga más que otro y que todos contamos con los mismos derechos y oportunidades. Pero, ¿es esto cierto? Yo no lo creo. Tal parece que es todo lo contrario. Si hubiera igualdad, no morirían niños de hambre cada minuto mientras que unos pocos ya están comprando pisos en la luna. Si hubiera igualdad, cientos de mujeres no serían mutiladas diariamente en Medio Oriente. Si hubiera igualdad, no habría ladrones ni indocumentados. Si hubiera igualdad, los estadounidenses necesitarían visas para entrar a México. Pero no la hay. Hablar de una absoluta igualdad en estos tiempos es hablar de una inexistente utopía.

Como alguna vez dijo Balzac: “La igualdad tal vez sea un derecho, pero no hay poder humano que alcance jamás a convertirla en hecho” Puede sonar trágico, pero es una visión realista de la situación, y eso que Balzac no conoció si quiera el siglo XX; y cómo han cambiado las cosas desde entonces. ¿Para bien, para mal? No podría decirlo a ciencia cierta, pero a mi punto de vista, la humanidad no ha hecho más que decrecer con cada “avance”. Es como si por cada 3 pasos adelante retrocediéramos 10.

Vivimos en un mundo en el que la discriminación se condena y se aplica con la misma facilidad. De hecho me inclino más por la segunda opción. ¿No se supone que estamos en la modernidad? ¿No se supone que todas las luchas del hombre han sido para conseguir una igualdad, para establecer derechos, responsabilidades y normas? ¿De qué nos sirve toda esa palabrería si al final, las cosas son exactamente igual? Lo único que ha cambiado es que hoy todos pretenden ser tolerantes. 

Hoy se discrimina todo y la discriminación surge a partir de las desigualdades y del rechazo a estas. Pero lo difícil es encontrar la razón. ¿De dónde surge tanto odio hacia lo distinto? Guillermo Gapel lo enuncia de la siguiente manera: "La discriminación es la única arma que tienen los mediocres para sobresalir" Yo considero que su visión es muy acertada. Ya que, si no se tiene nada, ¿de qué manera logro ser mejor que el de al lado? Haciéndolo creer que tiene aún menos que yo; aunque no sea así.

Las sociedades de la actualidad caen en lo extremista. Hemos dejado atrás los puntos medios. O se tiene todo o no se tiene absolutamente nada. Y no me refiero únicamente a bienes y riquezas. La desigualdad se encuentra en todos los ámbitos. Hay quienes son discriminados por su apariencia, otros por su religión, postura política, clase social, edad, nivel educativo y hasta por su preferencia sexual. ¿Eso es vivir en la modernidad? ¿Eso es haber conseguido una equidad, una tolerancia y una cultura del respeto? No. En cuanto a la desigualdad económica que hay en nuestro planeta, Rousseau dijo que “La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro,  y ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse”. Es que tampoco se trata de buscar un socialismo extremo en el que los bienes se repartan equitativamente entre todos los hombres sin importar quiénes trabajaron para conseguirlo y quiénes no. Pero yo considero que todos los seres humanos deberíamos contar con las mismas oportunidades, cosa que no sucede.


Y tampoco cabe asumir la postura de que todas las personas somos exactamente iguales. ¡Claro que no es así! Pero debemos empezar a aprender a vivir con nuestras diferencias ya que estas son las que otorgan de coherencia a la realidad. Todos, como habitantes de este mundo tenemos la capacidad de convertirnos en lo que sea que queramos ser; así mismo, tenemos la responsabilidad y obligación de permitir a otros que logren lo mismo. Se dice que, cada persona es un mundo, y es cierto. “Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son” sabias palabras de Abraham Lincoln. Y todos deberíamos adoptar esa postura, aceptar nuestra equidad como seres humanos pero también nuestra individualidad como seres únicos, independientes y autónomos.


Nada ni nadie debería limitar a las personas a ser y a vivir. Nadie debería ser considerado menos simplemente por sus diferencias; no lo es. El dinero no le otorga valor a una persona, tampoco el conocimiento, el estatus, su nacionalidad o religión. Una persona no es más valiosa que otra. Puede tener más recursos, pero no es  más ni menos que nadie. Como bien dijo mi favorito, García Márquez: “Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse”. El primer paso para establecer una equidad es adoptar una actitud de humildad. Y no debe confundirse esta con una minusvaloración propia, simplemente se trata de situarse en la posición del otro por un segundo, puede tener una vida completamente distinta a la mía, pero eso no le resta valor ni se lo suma, es diferente, eso es todo.

"I'm feeling black"

Normalmente planeo perfecto todo lo que escribo, hago una idea en mi mente y luego ya procedo a traducirla en palabras. Hoy no. Simplemente no tengo ganas.

¿No es horrible cuando en un día todo va perfecto. Las cosas salen justo como quieres. Un día lindo, divertido, con risas, besos y abrazos y mucha felicidad, en pocas palabras, un día rosa (esos de los que hablé el otro día). Pero de repente toda esa alegría y perfección se esfuma, algo pasa que te cambia el día. Y por más que quieres ser fuerte y no dejar que te afecte; por más que intentas seguir adelante con la frente en alto convenciéndote a ti mismo de que no ha pasado absolutamente nada; por más que tratas de evadirlo, reírte y restarle importancia al hecho... No siempre se puede.?

Bueno, hoy es uno de esos días. Llamémoslo un día azúl. Así como los británicos dicen: "I'm feeling blue". No, mejor no, la verdad me gusta mucho el azúl. No sé porque, pero se me hace un color fresco, pacífico... el cielo es azúl, el mar es azúl... No, azúl no. Negro. El negro es sobrio, el negro es aburrido, las personas van de negro a los funerales, cuando algo se descompone se pone negro, cuando alguien es cruel, se dice que tiene un alma negra. Y estos días son definitivamente crueles... Sí, negro será.

¿Cuál es el problema que cambia los días de color? Carece de importancia, el punto es que cambió. Ahora, qué se puede hacer para volver a la tranquilidad. ¿Cómo evadir algo que está dando vueltas en tu mente y no te deja ni respirar? ¿Se puede? Seguro sí, solo aún no encuentro la manera. Sucede que hay tanto que hacer que uno no se puede dar el lujo de dejarlo todo solo por buscar la manera de eliminar ese nudo en la garganta, esas lágrimas que no salen y solo torturan. Lágrimas crueles, despiadadas y egoístas. ¿Por qué no salen de una vez y me dejan en paz?

Solución temporal: café con leche, calientito y con mucho splenda. Ah, y una sesión de desahogo tecnológico.

miércoles, 2 de marzo de 2011

En medio de tantos cambios, una constante

“Es ese señor enorme y bigotón” decía de pequeña cuando alguien me preguntaba por mi papá. Y es que si ha habido una constante a lo largo de mi vida, es la presencia de esta importante persona en ella. Para empezar, él y mi mamá se conocieron un año antes de que yo naciera un miércoles 27 de febrero de 1991 en la ciudad de San José del Cabo B.C.S. Vivimos todos juntos ahí hasta que yo tenía como 2 años y medio, luego nos mudamos a Acapulco y mi papá seguía viviendo conmigo. De esa época no tengo muchos recuerdos ya que aun era muy chica; pero una imagen que permanece clara en mi mente es la de mi papá llevándome al Kínder en las mañanas y al mismo tiempo a mi mamá a la preparatoria.

Bueno, esto se supone que es una autobiografía, así que adelantemos un poco más el tiempo. Después de vivir en Acapulco un tiempo, nos mudamos a Cancún. Yo seguía siendo muy pequeña así que no me hacía mucha diferencia el cambio constante de ciudad; solo que en ésta ocasión, el código postal no fue lo único que cambió. Cuando yo tenía 4 años, mis papás se divorciaron. La verdad es que este suceso nunca significó un trauma para mí ya que era muy chica y nunca dejé de ver a mi papá, así que de hecho, yo lo veía como algo lindo y que me beneficiaba.

Fue a partir de esta etapa que me hice muy cercana a mi papá. Lo vía todos los fines de semana sin falta desde que salía del colegio hasta el domingo en la noche. El me consentía, jugaba conmigo, me llevaba a todos los lugares que quisiera y siempre me dejaba hacer todo. Para mí, los fines de semana eran lo mejor de todo. Pasaron unos cuantos años, cuando cumplí 7 mis papás tomaron la decisión de que yo viviera con mi papá un tiempo. Por supuesto que yo era la más feliz del mundo de pensar en que la vida serían vacaciones permanentes; pero no fue así. Mi papá me explicó que ahora que tenía que vivir con él las cosas cambiarían un poco ya que yo tenía que ir al colegio, hacer tareas, ir al doctor, etc. Total que fue un año el tiempo que viví con él, quizá el año en el que mejor lo llegué a conocer y en el que nos unimos más ya que no habíamos convivido mucho de manera cotidiana.

Luego sucedió lo inevitable, tuve que regresar con mi mamá porque decidió que nos mudaríamos de regreso a Los Cabos. El cambio de ciudad no me molestaba, ya que allá estaban todos mis primos, mis tíos, mis abuelos, en fin; toda mi familia. Lo que me preocupaba era que allá no tendría a mi papá puesto que él se quedaría en Cancún. Después de una difícil despedida me fui. Triste, pero sabiendo que no tendría que esperar mucho para volver a ver a esta tan importante persona en mi vida.

Y así fue. No pasaron más de dos meses desde que mi mamá y yo llegamos a mi ciudad natal para que un día mi papá me tomara por sorpresa después del colegio. Yo era la más feliz del mundo, por fin estaba con mi papi adorado y estaba segura de que no me volvería a dejar solita.

Los años que siguieron fueron sin duda los mejores de mi infancia ya que conforme yo crecía, mi relación con mi papá también. Lo veía muchísimo más seguido que antes, siempre íbamos de viaje a todos lados y todo parecía perfecto. Hasta que una vez más, me dieron la noticia de que las cosas volverían a cambiar. Debido a una oportunidad de trabajo, mi papá debía regresar a Cancún. Yo ya era más grande, tenía 11 años; sin embargo ésta ocasión me pesó más la separación de mi papá debido a la mala relación que yo llevaba con mi mamá.

Pero no todo fue drama y tragedias. Sí, vivía sola con mi mamá y ya no veía a mi papi los fines de semana, pero todas las vacaciones (sin falta) yo iba a Cancún a visitarlo y el tiempo perdido era compensado con creces. Después de unos cuatro veranos, me di cuenta que mi papá no regresaría a Los Cabos a vivir conmigo, pero eso no me afectaba, al contrario. Yo era feliz de irme a pasear todas las vacaciones con él y de tener mi vida en Cabo, tenía lo mejor de las dos cosas.

Y aunque después de los 11 años no volví a ver a mi papá con la frecuencia con que quisiera, puedo decir que mi relación con él es maravillosa. Mejor de la que nunca podré llegar a tener con mi mamá, por ejemplo. Yo crecí, pasé de la niñez a la pubertad, a la adolescencia y después a la independencia. Terminé la preparatoria y me vine a vivir a Guadalajara para entrar a la universidad, ya que si me quedaba en Cabo no tenía más opción que estudiar turismo o administración de empresas, y yo quería estudiar comunicación en el iteso.
Ahora que estoy acá, estoy prácticamente aislada de mi familia, sin embargo mi papá sigue siendo una figura importante en mi vida ya que es la persona que más se preocupa por mí, y que curiosamente veo con más frecuencia.

¿Qué quise decir con todo esto? Que mi vida ha estado formada por muchos cambios, que una de mis habilidades más desarrolladas es la capacidad de adaptarme a ellos y que uno de los personajes principales de la historia de mi vida es y seguirá siendo mi papá. Porque yo puedo crecer, puedo cambiar, puedo madurar, mil cosas cambiarán en mi vida. Pero si de algo estoy convencida es que ese señor grandote y bigotón continuará estando ahí, acompañándome en mi crecimiento, en mis metas, ilusiones y logros. 

viernes, 25 de febrero de 2011

El valor de la vida

 “A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante” Oscar Wilde.

Y es que “vivimos” sin darnos cuenta de ello. Nos preocupamos por mil cosas más. Por el dinero, por el estatus, por las apariencias, los contactos, la crisis, el 2012, en fin… por todo menos por lo que en verdad es importante, vivir. Y cuando por fin caemos en cuenta del tiempo perdido, de los instantes irrepetibles que dejamos pasar, de cómo las cosas han cambiado ante nuestros propios ojos sin que nos percatáramos… y es entonces, que queremos comenzar a vivir. Pero, ¿es necesario llegar a tal extremo para empezar a aprovechar el precioso regalo de la vida?

“Yo nunca habría tenido éxito en la vida si no me hubiera dedicado a las cosas más pequeñas con la misma atención y cuidado que le dediqué a las más grandes” Charles Dickens.

Hay que aprender a valorar lo antes posible. Causemos más risas y menos llantos, más sorpresas y menos decepciones, más paseos en bicicleta y menos trabajo. Hagamos todo lo que siempre hemos querido hacer. Apaguemos el cerebro un rato. Menos pensar y más sentir. Eso es lo que le hace falta a este mundo, espontaneidad, alegría, emociones, vida.

Y tenemos que empezar a aprovecharla, porque en el momento menos pensado, puede terminar. Como una vez dijo John Lennon: Life is what happens to you while you are busy making other plans” (La vida es eso que te sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes) Y es que es cierto. Invertimos todo nuestro tiempo al estrés cotidiano y no nos detenemos a valorar el instante que se vive y que no volverá a ser.

Muchas personas ni si quiera se dan cuenta del enorme desperdicio que hacen. Se convencen a sí mismos de que son felices cuando en realidad dejan pasar tantas cosas que siempre han querido hacer por las razones más absurdas. Y Oscar Wilde lo vuelve a resumir todo en una breve frase: “Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo” Y creo que es bastante conciso y certero.
¿Es lo mismo vivir y existir? ¡Claro que no! Existimos porque estamos aquí, porque formamos parte de este mundo; mientras que vivir es una elección. Decidimos cómo queremos vivir, dónde, con quién, hasta cuándo. Decidimos todo lo que a nuestra vida concierne. Mientras que la existencia nos es dada y no podemos hacer nada con ella ya que solo una cosa tenemos asegurada en cuanto a esto de vivir. Un día, ya no será así.

 “Desde el parto ya comparto la epidemia, de este síndrome de la caducidad”. Sin duda una de las mejores líneas del último álbum de Ricardo Arjona. Deja mucho qué pensar, ¿no? Un poco cruda, porque así es el autor. Desde el momento en el que entramos a este mundo, desde que comienza nuestra vida, comienza también nuestra muerte; nuestra “caducidad”. Y es así con todos los seres de este planeta. Es el ciclo de la vida que a todos nos enseñaron en segundo de primaria. Vivimos, realizamos ciertos procesos durante nuestra vida y luego morimos.

Joaquín Sabina comparte esta opinión acerca de la fugacidad de la vida y de cómo el término de la misma es algo inevitable. “La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse”.

No estamos aquí para siempre. Es por eso que recalco la importancia de aprender a vivir lo antes posible. Bueno, pero si al fin y al cabo vamos a morir. ¿De qué sirve vivir maravillosamente si un día todo terminará y nada habrá importado?

No servirá de mucho en realidad, porque no se sabe a ciencia cierta qué sucede con nosotros luego de morir. Pero al menos habremos aprovechado esto que se nos ha dado sin pedir nada a cambio. La vida es una experiencia única que no podemos dejar pasar. Gocemos de los detalles más insignificantes, aspiremos a grandes cosas y logremos alcanzarlas. Nunca se puede soñar demasiado, es de ahí de donde surgen las experiencias más gratificantes, de la realización de nuestros sueños.

Tic toc, tic toc. El reloj está avanzando y nosotros ¿qué estamos haciendo? Sal al mundo. Ensúciate, llora hasta quedarte dormido, rueda en el pasto, haz todo lo que te da miedo, come cosas ricas, sonríele a quien esté triste, perdona, tómate el tiempo para reflexionar, ama con todo el corazón, atrévete a todo, no te quedes con las ganas de hacer algo. Y es que son todas esas pequeñas cosas las que hacen que a la larga, nuestra vida adquiera sentido.

Y para cerrar, la última frase del aclamado poema de Amador Nervo titulado: Vida.

“Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!”

lunes, 21 de febrero de 2011

Hoy quiero vivir en un mundo rosa

Hoy quiero que todo sea perfecto.

No me quiero preocupar por la escuela ni por como me veo. Evitaré pensar que no he hecho ejercicio en dos semanas, que ya va a ser mi cumpleaños, que no he ahorrado lo suficiente, que me falta un corte de pelo, que mi querido México se está cayendo a pedacitos. No, hoy no pensaré en eso.

Hoy quiero vivir en un mundo rosa. Hoy todo será perfecto y maravilloso. Hoy no me importará si las personas me critican, me juzgan o me subestiman. Hoy voy a ser feliz. Porque quiero, no porque es lo que tengo que hacer o porque sin ello mi vida carecería de sentido alguno. 

Hoy no usaré maquillaje, sencillamente porque odio el proceso de quitarlo antes de dormir. Hoy iré a la escuela en pijama. Y quizá elija esa de las tortugitas con moñitos rosas en la cabeza. Sí, creo que sí. Porque hoy no me importa nada. 


Hoy voy a decir todo lo que piense, no me importa si mi honestidad resulta brutal o indecente. Hoy voy a comer hasta reventar. Choco Roles, Dulci Gomas, Cheetos morados... ¡lo que me encuentre! Porque hoy no es día de dietas. No, las dietas no existen en los mundos rosas. Y hoy voy a vivir en un mundo rosa. 

Hoy voy a ir al mar, sola. Y contemplaré el movimiento de las olas por horas, mientras pienso en lo maravilloso que ha sido mi día perfecto y como no quiero que se acabe. ¡Hay, qué lindo que todos los días fueran así! 

Y es entonces que me doy cuenta, ¿Por qué no podrían ser así? ¿Quién dijo que vivir en el estrés es la manera adecuada? Yo ya no me quiero preocupar, ¡Yo quiero vivir en mi mundo rosa!

¿Cuánto tiempo pasará antes de que se empiece a matizar este mundo con los tonos de la realidad?

domingo, 20 de febrero de 2011

¿Individualismo o acción colectiva?

Hay personas ruidosas, hay personas calladas. Están los que hacen de todo, pero también los que no se animan a nada. ¿Qué nos diferencia? ¿Por qué es que todos tenemos que ser tan astutamente distintos?

Se dice que no hay dos personas iguales. Y es cierto, cada quien vive su historia, y la vive a su manera. Están los que basan su vida en el fútbol. Eso es todo lo que les importa, un marcador no deseado y se acaba el mundo. Me cuesta trabajo comprender la importancia de algo que no depende de uno mismo, pero así es. Otras personas pasan años acumulando riquezas, siendo avaros, ahorrar, ahorrar, ahorrar... Eso es lo más importante. Y vaya que tienen sus razones, y son muy aceptables. No tener deudas, asegurar un futuro para los hijos, formar un patrimonio, etc. Solo no comparto esas razones.

Y como estos, hay miles de casos más. Es más, me atrevo a decir que cada persona es un caso. Todos tenemos una vida propia. Veamoslo como una novela. Cada quien es protagonista de la novela de su vida, y dentro de ella podemos encontrar todo tipo de personajes: los buenos, los malos, los que parece que no tienen importancia alguna pero que a final de cuenta siempre tienen algo que enseñarnos, los que nos sirven de guías a lo largo de la vida, los modelos a seguir, los que evitamos por miedo de convertirnos en ellos; en fin, nuestra historia se compone en gran parte de la aparición de múltiples personajes.

Dentro de esta novela propia, las etapas importantes se dividen por capítulos; unos más cortos y unos más largos, unos más divertidos que otros. Y están los que quisiéramos brincarnos porque no pintan nada bien, pero que sabemos son los más importantes. Y así se voltean las páginas de esta apasionante historia, sin saber qué pasará después pero con el contexto de lo vivido como herramienta para enfrentarnos a lo desconocido, porque por más que hayamos leído otros libros, otros cuentos o nos hayan platicado mil historias más. Nunca sabremos cual será el final de nuestra historia personal. Y no importa, porque lo bueno de todo libro es ese misterio, la expectativa de lo que podría suceder.

Y todas las historias son distintas. Tenemos que vivir la nuestra para descubrirnos a nosotros mismos. No se puede vivir una vida ajena. Somos individuos, lo cual quiere decir que tenemos autonomía e individualidad.

Hay quienes aman el betabel, hay quienes lo odian. Unos prefieren el ballet, otros el tenis. A mí me encanta estar sola y hay quienes se vuelven locos sin compañía. Dicen que el gusto se rompe en géneros y es completamente cierto. Lo que puede aterrorizar a alguien puede hacer a un niño el más feliz del mundo por un segundo.

Individuos individuales que disfrutan de su individualidad. ¡Qué maravilloso sería el mundo si todos toleráramos las diferencias! Si no hubiera prejuicios, si no hubiera distinciones. Y es que es una paradoja, porque todos somos únicos y diferentes; sin embargo somos exactamente iguales.

Sin importar el color, la raza, la ideología, los gustos, los miedos, la educación, el dinero, el peso, la altura, la cultura, el sexo, el pasado, la familia, el prestigio, la influencia, los contactos, el IQ, sin importar NADA. Todos somos personas, y tenemos la misma condición de persona. Nadie es más y nadie es menos.

Creo que tenemos que aprender a gozar de nuestras diferencias. Voltea a tu alrededor. ¿Qué es lo que ves? Estás rodeado por personas, ¿Cuántas? ¿Mil, cien, diez, una?... ¿Ninguna? Aún si no hay nadie más, estás tú. El ser humano es un ser social, necesita del contacto con otros. Entonces, ¿Por qué limitar ese contacto? Aprovechemos la riqueza cultural que tenemos. Conozcámonos unos a otros. Todos los días podemos aprender algo nuevo de alguien. Imagina qué tan rico serás si al final de tu vida te das cuenta de que fuiste una persona dispuesta a aceptar conocimiento, dispuesta a aprender.

Eso es lo importante, vivir nuestra individualidad en función con la de otros. Aprender de nosotros mismos y de los demás. Es cierto que no se aprende en cabeza ajena, cada quien debe vivir su vida y cometer sus aciertos y errores; pero siempre se puede saber un poco más ya que si hay algo que nunca está de sobra es el conocimiento.







martes, 8 de febrero de 2011

Palabras intencionadas

La verdad es que siempre he tenido una cierta afición por traducir mis pensamientos en palabras, mismas que al entretejerse se convierten en enunciados que como conjunto resultan ya sea en un texto o en una larga y acalorada conversación. Y es que siempre tengo algo que decir. Una anécdota, opinión, reflexión y una que otra idea loca. El punto es no quedarme callada, y eso me sale muy bien.

Cuando iba en secundaria, una maestra del colegio me dijo, -Es que a ti no te para la boca, tienes "diarrea verbal". Cabe decir que en su momento me ofendí por el comentario, ya que no era precisamente un cumplido; pero es la verdad y no debería sentirme mal por ello. ¿Tengo diarrea verbal? Sí, ¿y qué?

Y lo que es irónico es que todo lo que digo, es tan solo el 50% de lo que estoy pensando o sintiendo. Porque con el paso del tiempo he aprendido a utilizar algo llamado prudencia (aún no soy una experta en la materia). A veces quisiera que todo fuera más fácil, poder decir todas y cada una de las ideas que transitan por el torrente de mi mente. No quedarme con las ganas de decir nada. Que no hubiera consecuencias, que lo que otros opinaran de mi propia opinión no tuviera significado en mi. Pero no es así, y para eso tiene que haber una razón. Uno no puede simplemente escribir por escribir, hablar por hablar. Tiene que generarse una respuesta a todo lo que decimos. Si no, ¿Qué caso tendría?.


Hablamos, hablamos y hablamos. Todo el mundo habla, todos tenemos algo que decir. Una postura que defender, una queja, una crítica, una felicitación, opinión, lo que sea. Si algo sobra en este mundo son las palabras. Lo que falta son personas que escuchen. Estamos tan absortos en nuestros propios pensamientos que nos olvidamos que formamos parte de un todo. Un todo que requiere de la acción colectiva para funcionar.

Pero a nadie le importa, vivimos pensando en nuestro propio bienestar y nos disponemos a obviar lo que sucede alrededor. Mientras no nos afecte directamente, no importa. El problema es que todo afecta directamente. Aunque la situación de otros o de nuestro propio mundo parezca aislada a nuestras vidas no es así. Todo repercute de una u otra manera y en diferentes escalas; pero repercute.

Es por esto que no podemos dejar de hablar. No sirve de nada quedarse callados. Quizá con ello evitemos conflictos, prejuicios y críticas; pero en un plano más amplio, el que calla permite. Permite que las cosas sigan igual, que nada mejore, que no exista un progreso y que las metas sigan incumplidas. El silencio solamente genera más silencio, y lo que se requiere es ruido, disturbios, escándalo, manifestaciones, discursos, ideas, discusiones.

Hace falta gente que hable y gente que escuche. Porque las voces en silencio no son nada y los oídos sordos solo crean confusión.