jueves, 16 de junio de 2011

Simplificando lo complejo, quizá lo más complejo que hay.

Denso, muy denso. Pero si lo piensas un poquito más no lo es tanto; de hecho puede llegar a ser bastante sencillo. Amar es determinar tu vida con esa persona. Elegir compartir cada instante por insignificante que este parezca, ya que muchas veces son esos pequeños momentos los que más pueden llegar a acercar a las personas. Es despertar un día y darte cuenta que eres suficiente, no sólo para esa persona sino para ti mismo. Sentir que tu existencia tiene algún sentido, es ese reconocimiento gratificante al saber que influyes en la vida de alguien más, que trasciendes. Y es que, ¿qué es más trascendente que el amor? 

Amar es encontrar a esa persona a quien hasta el más pequeño detalle de tu vida le asombrará, amar es interesarse por algo más que uno mismo, interés real, honesto y altruista. Es desear la felicidad de alguien más, la propia y la que juntos compartirán. Amar son esas inmensas ganas de estar con esa persona cuando no se puede, es querer dejarlo todo por estar juntos. Amar es que nada más importe. Amar a alguien es compartir un pequeño planeta con ese ser tan importante, vivir ahí por siempre no necesitando nada más. Amar es tenerlo todo aún careciendo de tantas cosas, siempre y cuando no sea de si mismos. Amar es creer, amar es confiar, amar es liberar. 

Amar es tener esa certeza de que pase lo que pase, estén juntos o no; esa persona siempre tendrá un lugar en tu corazón, en tu vida, en ti. Simple y sencillamente porque de no haberse conocido, y amado, tu no serías quien hoy eres. 

Cuando amas a alguien, ves el mundo de diferente manera, es como si súbitamente tu percepción de la realidad se optimizara en un 200%; los colores brillan más, los aromas adquieren significados completamente distintos, las palabras, canciones e imágenes que conforman el mundo en el que vives te remiten a ese ser tan especial. Y esa experiencia, el verdadero amor, no se termina en un mes, ni en tres, ni en 50 años. El verdadero amor nunca muere, se alimenta de la esperanza y la fe de ambas partes. 

Sí, porque si tuviera que resumirlo en un enunciado, diría que amar es esperanza

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