miércoles, 9 de marzo de 2011

"I'm feeling black"

Normalmente planeo perfecto todo lo que escribo, hago una idea en mi mente y luego ya procedo a traducirla en palabras. Hoy no. Simplemente no tengo ganas.

¿No es horrible cuando en un día todo va perfecto. Las cosas salen justo como quieres. Un día lindo, divertido, con risas, besos y abrazos y mucha felicidad, en pocas palabras, un día rosa (esos de los que hablé el otro día). Pero de repente toda esa alegría y perfección se esfuma, algo pasa que te cambia el día. Y por más que quieres ser fuerte y no dejar que te afecte; por más que intentas seguir adelante con la frente en alto convenciéndote a ti mismo de que no ha pasado absolutamente nada; por más que tratas de evadirlo, reírte y restarle importancia al hecho... No siempre se puede.?

Bueno, hoy es uno de esos días. Llamémoslo un día azúl. Así como los británicos dicen: "I'm feeling blue". No, mejor no, la verdad me gusta mucho el azúl. No sé porque, pero se me hace un color fresco, pacífico... el cielo es azúl, el mar es azúl... No, azúl no. Negro. El negro es sobrio, el negro es aburrido, las personas van de negro a los funerales, cuando algo se descompone se pone negro, cuando alguien es cruel, se dice que tiene un alma negra. Y estos días son definitivamente crueles... Sí, negro será.

¿Cuál es el problema que cambia los días de color? Carece de importancia, el punto es que cambió. Ahora, qué se puede hacer para volver a la tranquilidad. ¿Cómo evadir algo que está dando vueltas en tu mente y no te deja ni respirar? ¿Se puede? Seguro sí, solo aún no encuentro la manera. Sucede que hay tanto que hacer que uno no se puede dar el lujo de dejarlo todo solo por buscar la manera de eliminar ese nudo en la garganta, esas lágrimas que no salen y solo torturan. Lágrimas crueles, despiadadas y egoístas. ¿Por qué no salen de una vez y me dejan en paz?

Solución temporal: café con leche, calientito y con mucho splenda. Ah, y una sesión de desahogo tecnológico.

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