miércoles, 14 de noviembre de 2012

06 de noviembre de 2012: El fin de una campaña y la continuación de un proyecto a medias



El dilema de toda la vida: derecha contra izquierda. Pues en este caso no fue la excepción y pudimos presenciar a un país dividido en los dos grandes bandos. Por un lado estaba el republicano Mitt Romney y por el otro el demócrata y actual presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama.

Es de reconocerse, se trató de una contienda electoral sumamente reñida y cerrada. Si se tuvo la oportunidad de dar seguimiento de la misma pudo haberse notado cómo los dos candidatos iban casi a la par en votaciones y apoyo de los ciudadanos del país más poderoso del globo.

Primer debate, Romney se lo llevó con puntos agresivos y una estrategia bien definida de ir completamente a la yugular del contrincante. Su ventaja en este primer enfrentamiento fue una sorpresa debido a que no mostraba ser un personaje con tanta fuerza. Pero esto no permaneció así, el presidente Obama se preparó de mucha mejor manera para los siguientes dos encuentros, los cuales cerró con fortísima ventaja.

A lo largo del desarrollo de las campañas de ambos candidatos pudo notarse claramente cuáles serían los puntos fuertes del discurso de cada uno. Romney con un enfoque enteramente capitalista y hacia la inversión, el negocio, la industria y el fortalecimiento de empresas nacionales. Obama apoyando a las minorías que en conjunto conformaron la mayoría que le valió la presidencia.

A pesar de sus millones de dólares, contactos e influencia en algunos de los estados más importantes de la nación americana, Romney no tenía nada que ofrecer en comparación con Obama. Con el apoyo de las comunidades latina, afroamericana, asiática, homosexual e inmigrante en general, el candidato por el partido demócrata tenía todas las de ganar desde el día uno. Pero vaya que conforme se acercaba el 06 de noviembre las cosas se empezaron a tornar más y más cerradas. Hubo quienes al final fueron vencidos por la duda, ¿Y qué tal si no gana? Siempre estuvo latente esa posibilidad a pesar de haber sido una campaña perfectamente ejecutada.

51 estados en el país de las oportunidades. 27 estados a favor, 332 votos electorales y 62, 615, 406 votos populares significando un 51% de los votos y la revancha para un Barack Obama que no se iba a quedar de brazos cruzados ante la oportunidad de terminar con un proyecto que inició en 2008.

Hoy Estados Unidos no sólo ha ganado cuatro años más con quien ha sido denominado uno de los presidentes más queridos por el pueblo, también ha ganado una oportunidad más de cambio, de aceptación y sobre todo de evolución. Ya no se trata del mismo país que controla el mundo desde un trono dorado a 50 pisos de altura. No. Hoy EEUU es una nación más de este mundo que aunque con un poder económico que le hace creer que aún sigue siendo el titiritero, ya no lo es. Pero eso lo sabemos nosotros o al menos nos gusta creerlo, el problema reside en hacérselo saber a ellos.

Confío en que con Obama aún en la delantera poco a poco irá restituyéndose no sólo la economía de este país sino la del resto de los países que como México mantienen una relación amor-odio con los de la bandera de rallas y estrellas. Y no sólo se trata de economía, me gusta creer que no es el dinero el que mueve al mundo sino las personas que lo habitamos. Idealista, sí. Siempre he dicho que si me hubiera tocado nacer del otro lado de la frontera y si mi pasaporte tuviera un águila sobre fondo azul y no verde  habría optado por darle mi voto a Barack Obama. No porque sea un candidato ganador o un presidente perfecto sino porque creo que él significa el futuro. Innovación, cambios, tiempo de actualizarse y dejar atrás el molde de lo que se creyó era lo que se debía hacer por tantos años, más de los necesarios.

Obama con sus ideales de apoyo a quienes menos tienen en cuanto a recursos, derechos, oportunidades y sueños. Obama a favor del matrimonio gay. Obama a favor de nuevas políticas de empleo, finanzas y estructura económica. Obama retirando tropas de Afghanistán y recursos para guerras en las que todos pierden y unas cuántas carteras Mont Blanc engordan. Obama con esa sonrisa Colgate y la autenticidad y el carisma que le aseguran cuatro años más de estrés y conferencias de prensa, de fotografías que dan la vuelta al mundo en tan solo segundos y de tweets que le aplauden y abuchean todos y cada uno de sus movimientos. Obama en una casa blanca que hace cuatro años requería remodelación y que es fecha que sigue en construcción. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusto mucho el ensayo, buena redaccion y mezclas bien datos con historia para no hacerlo tan agresivo y pesado el texto. Felicidades muy bien hecho, claro y consiso.